A días de cumplir 65 años, Liliana Varoni fue víctima de travesticidio en Burzaco, Almirante Brown. Conocida como la “Chaqueña”, fue apedreada y arrojada a un pozo mientras trabajaba en la ruta el pasado 3 de julio. Su historia no es excepcional, sino que es similar a la violencia que sufren las personas trans a diario.
Para profundizar en esta problemática, Nota al Pie dialogó con Galaxia Rod, militante de la agrupación Marea Rosa de La Plata. La referente explicó que la violencia contra las personas trans no solo es parte de la sociedad sino que se da por parte de funcionaries del Estado y se legitima en los medios de comunicación.
Según sus palabras, en el último tiempo los medios hegemónicos instalan discursos sobre “‘narcotravestis’, ‘un travesti’, y siempre todo ligado a lo que es la criminalización”.
“Nunca vamos a ver una nota que esté hablando de una persona trans que ingresó a la universidad o ingresó a un puesto de trabajo. Siempre es desde el lado del estigma y el odio, y eso claramente repercute en la sociedad”, destacó.
Rod manifestó que, si bien se ha avanzado en materia de derechos, falta combatir la discriminación y el odio. “Todavía nos falta dar una gran batalla que tiene que ver con la generación de sentido y una batalla cultural”, sostuvo.
La historia de la “Chaqueña”
La “Chaqueña”, apodada así por su lugar de origen, llegó a Buenos Aires a sus 18 años. Era trabajadora sexual hace más de 25 años y falleció en la esquina que ella llamaba “su oficina”. En diálogo con Infobae, Laly Vargas, su sobrina, relató: “Toda su vida sufrió vulneraciones y ataques por discriminación, pero este la mató”.
Liliana era vecina del barrio San José, vivía en su casa construida en un terreno al fondo de la vivienda de su hermano. La asesinó un hombre que la hostigaba a diario mientras ella ejercía la prostitución: la atacó a piedrazos, la arrojó a un pozo y allí la dejó agonizar.
La mujer esperó 45 minutos una ambulancia y murió, un día después, en el Hospital Municipal de Rafael Calzada. El caso está caratulado como travesticidio e interviene la Unidad Fiscal N°3 de Lomas de Zamora, a cargo de Lorenzo Latorre.
La escena posterior al crimen contra Varoni quedó registrada por un testigo. Al respecto, Vargas contó que “el agresor pasó en bicicleta, la golpeó y la tiró a un pozo. Cuando llegó el SAME la trasladó al hospital, pero mi tía ya había perdido mucha masa encefálica debido al infarto cerebral que había tenido hace 15 años”.
Al respecto, Galaxia asegura que “estos tipos de crímenes siguen sucediendo por la impunidad en la que vivimos”. Además, sostuvo: “Matás a una travesti y quedás libre, golpeás a una travesti y no pasa nada. Y creo que esa impunidad ha llevado también al incremento de la violencia hacia nuestras identidades”. En la misma línea, mencionó el caso de “Chicho”, en la ciudad de La Plata, quien nunca obtuvo justicia.
Muchas Lilianas
La historia de Liliana no es un hecho aislado. El último informe del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT+, el cual data de 2022, refleja que en ese año se cometieron en el país 129 crímenes motivados por discriminación por orientación sexual e identidad de género. El 83% de las víctimas de estos crímenes fueron mujeres trans (travestis, transexuales y transgénero).
Según el observatorio, dentro de la comunidad LGBTIQ+, es la población trans en quienes se manifiestan con especial odio, saña y de manera más brutal los crímenes de odio. Esto se relaciona tanto con la cantidad de ataques como también con los modos tortuosos de hostigar, perseguir y violentar.
Para Rod, se trata de crímenes de odio “cuando el hecho tiene que ver con nuestra identidad, nuestra forma de vida y con cómo nos posicionamos contra el mundo”. A su vez, la referente de Marea Rosa explicó que “también se trata de una batalla contra el poder judicial que es el primer poder que vulnera nuestros derechos”.
Al respecto, mencionó el crimen de la referenta trans Diana Zacayán y destacó cómo hace poco se puso en cuestión la figura de travesticidio. “En La Plata la mayoría de las compañeras que han sido asesinadas al día de la fecha, sus casos están cajoneados, archivados en el Poder Judicial, no hay un proceso de investigación, no hay ni siquiera detenidos”, agregó.
Vivir y sobrevivir
Muchas mujeres trans de más de 40 años son consideradas sobrevivientes. Esto se debe, por un lado, a que la esperanza de vida de ese colectivo va de los 35 a los 40 años. Por el otro, a la vulnerabilidad, discrimnación y violencias sufridas.
En ese sentido, Rod destacó que, en un año electoral, “en la mayoría de las propuestas nadie habla de personas travestis y trans, o si se habla no es como un gasto público”. A su vez, explicó que “la persecución, a veces, no es de transeúntes sino de la misma policía, quien nos violenta y nos criminaliza y nos termina matando dentro de una comisaría, como el caso de Sofía”.
El travesticidio de Liliana se da en el marco de un contexto de lucha por la visibilización de estas adultas. El 24 de mayo de este año, más de 90 organizaciones participaron de la Primera Marcha Plurinacional por una Ley de Reparación Histórica, con más de dos mil personas.
Para Galaxia existen diferentes tipos de violencias. “Una de ellas y la más peligrosa es cuando esa violencia se legítima desde los discursos que nacen de funcionarios públicos, que son parte del Estado”, expresó.
En ese sentido, la referente de Marea Rosa hizo alusión al intendente de La Plata, Julio Garro. Para ella, tanto desde el municipio como desde los medios de comunicación han instalado “un discurso acerca de nuestras identidades que termina en la criminalización pero que también termina impactando sobre nuestros cuerpos”.