Si hablar de la salud mental de las personas gestantes era difícil, la falta de herramientas dificulta aún más el abordaje respetuoso e interdisciplinario de temas sensibles. Entre estos tópicos aparece el duelo perinatal, el cual se produce luego de la pérdida de un bebé durante el embarazo, después del nacimiento o en los momentos previos. Si bien se han producido avances, el acompañamiento en estas situaciones resulta siempre escaso debido a la falta de información.
El nacimiento deseado de un hije es un momento de felicidad, tanto para la persona que lo ha gestado como para la familia. Sin embargo, cuando este momento se torna uno de profunda tristeza, el impacto emocional puede generar traumas emocionales y psicológicos difíciles de revertir. A esta situación se suman factores médicos, sociales y culturales que terminan por aislar, e invisibilizar todo lo que sucede alrededor de ello.
Para profundizar e informarse acerca de cómo se procesa el luto ante un panorama tal, Nota al Pie dialogó con Alejandra Parrotta sobre su publicación Ema. El libro está basado en una experiencia personal de la autora, así como también se complementa con el aporte externo de otras personas.
“A través de Pedro, que es el personaje principal, se van contando un montón de emociones y situaciones que vive una familia con la pérdida de su hermanita”, contó la autora.
Lo primero que despertó la atención de Alejandra es la falta de herramientas para saber cómo comunicar y trabajar estos temas a las infancias. Pese a que los temas como la muerte o la depresión suelen ser difíciles de tratar, les más pequeñes deben tener información clara de lo que sucede en su entorno. Según la autora, para llegar a esto hay que dar luz a estas cuestiones.
“Es importante visibilizar estas emociones y, a pesar de que es un libro infantil, muchos adultos que lo leen pueden empezar a sanar”, sostuvo. La educación emocional aparece gracias a que una gran parte de la sociedad q busca una crianza a conciencia.
Ilustrar las ideas: cicatrizar para dialogar y compartir
Parrotta comenzó el camino de la escritura y en el andar se cruzó con un ilustrador que le pareció el indicado para ponerle caras a esos personajes. “Yo no conocía a Gabriel, le mande un mail y juntos le fuimos dando forma al libro”, dijo.
Gabriel Cortina ya había trabajado sobre duelo perinatal, y es por ello que Alejandra supo que podría captar las emociones de manera correcta. Con el dúo firme, Ema se publicó de la mano de Bianca Ediciones. Desde allí, familias, psicólogues y hasta docentes se acercaron a ella con palabras de agradecimiento.
“La alegría y la tristeza se entrelazan en un relato que invita a recorrer el camino de la vida, la esperanza y los duelos”, escribió Alejandra. Y sobre esto, puntualmente reflexiona acerca de por qué ocultar temas como la muerte, cuando desde muy temprana edad a les niñes les genera curiosidad.
Es por ello que, además de un camino de sanación personal, a Parrotta le parece necesario construir material de calidad que apoye a las familias.
La Ley Johana: un paso para avanzar en materia de derechos
Sobre el duelo perinatal no solo hay una falta de herramientas para definir lo que sucede ante la pérdida de una vida recién nacida. También existe un vacío legal que hace que para las personas gestantes sea, además de traumático, un hecho violento.
Por eso, desde el Colectivo por Ley Johanna luchan para sancionar una norma para que exista un procedimiento médico ante un caso de muerte perinatal. El proyecto obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados en noviembre de 2022.
El proyecto de Ley N° 1313 D/2021 establece procedimientos médico-asistenciales para su atención. La principal impulsora, Johanna Piferrer, sufrió un hecho de violencia obstétrica ante un caso de muerte perinatal, y su denuncia ante el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos fue un antes y un después.
Los derechos de les niñes frente al duelo
Un punto que Alejandra no pierde de vista tiene que ver con los derechos. “Hay que estar dispuestos a escuchar qué le sucede a esa niña, ese niño, cuando sucede una muerte perinatal en la familia”, indicó.
Por ello, desde la literatura infantil y a través de la voz de Pedro dio vida a un relato que invita a ponerle nombre a las emociones y a entender la muerte como parte de la vida. No por esto último deja de ser doloroso, pero permitirse hablar de estos temas habilita a les niñes a atravesar el duelo de mejor manera.