El belga Eric Toussaint es historiador, doctor en Ciencias y referente de la red internacional del Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas (CADTM). En un encuentro organizado por el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), debatió junto a les referentes de Libres del Sur sobre la situación de la deuda externa argentina.
El Gobierno trajo angustia e incertidumbre
El debate abrió con la ponencia de Silvia Saravia, quien expresó que “este proceso político, que inició con la constitución de la Mesa contra el Hambre, abrió la expectativa de discutir la soberanía alimentaria de nuestro país, pero nos defraudó, al igual que legitimando la fraudulenta deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI)”.
La coordinadora nacional territorial de Libres del Sur explicó que las malas decisiones políticas del Gobierno nacional trajeron mucha angustia e incertidumbre al pueblo trabajador: “Como sucede con el ingreso, sobre todo en los barrios”, aclaró.
En ese sentido, la referente planteó que el ajuste se profundizó sobre determinados sectores de la sociedad, por ejemplo con la economía informal, pero también en la masa trabajadora en general con la naturaleza precaria del empleo creado.
“Sin embargo, todo este cuadro de situación no es algo imposible de revertir”, alentó. “Al coro de desprestigio de las organizaciones populares de un espectro político al otro, al igual que sucedió con la estafa del FMI, decidimos oponerle la voz masiva desde los barrios”, planteó Silvia. En este contexto, y de cara al futuro, arengó: “No nos resignamos y seguiremos dando pelea”.
“Las estafas no se pagan”
El belga Toussaint abrió su intervención mencionando que en los últimos 20 años se perdieron varias oportunidades de enfrentar de manera coherente y contundente a quienes reclaman deudas ilegítimas.
“Se había demostrado con la suspensión del pago entre 2001 y 2005 que Argentina no precisaba regresar a los mercados financieros”, argumentó. En la actualidad, a partir de sus revisiones trimestrales, el FMI desembarca en el país para evaluar la situación económica, “y amenaza no desembolsar el próximo crédito si no se impone el ajuste”, analizó.
A propósito del desempeño del gobierno del Frente de Todos, indicó que en el primer año de gestión no había que hacer un primer pago al Fondo. “Podría haber hecho una auditoría sin entrar en conflicto ni en default, preparando las condiciones en la opinión pública de que no la pagaría porque habría demostrado que la deuda era fraudulenta”, explicó.
Toussaint consideró que el FMI está de regreso y tiene mucha fuerza porque se aprovecha de los problemas de las finanzas públicas nacionales intentando implementar “una nueva dosis de política de austeridad”. De todos modos, aseguró que las herramientas para enfrentarlo vendrán de los movimientos sociales que enfrentan la política del presidente: “Hay una alternativa, hay posibilidad de movilizar contra la injusticia de la deuda”.
A su vez, aclaró que estamos atravesando una nueva crisis financiera que deviene de la crisis hipotecaria de 2008. “Estamos entrando a un nuevo ciclo de problemas de pago de deuda externa argentina pero también de varios países africanos y asiáticos, por ende es importante relanzar a nivel mundial la campaña contra el pago de la deuda ilegítima”, planteó.
Toussaint afirmó que la suspensión de pago por parte del Gobierno nacional, no solo es necesaria, sino justificada “por los shocks externos”. El hecho de que los poderes imperiales estén en un momento de contradicción le da “mayor margen de maniobra” a los países del Sur, como sucedió durante el período de entreguerras en el siglo XX.
Tumini y la historia de la deuda externa argentina
Por último, Humberto Tumini desarrolló una línea histórica de la cuestión de la deuda externa en nuestro país. “Se utilizó para dos funciones: llevarse una parte de la riqueza generada y disciplinar políticamente a los gobiernos para que se produzcan políticas beneficiosas para el capital financiero y el gran capital nacional”, argumentó.
Sin embargo, el dirigente de Libres del Sur mencionó que la última dictadura cívico-militar generó un quiebre porque cambió la estrategia: en lugar de solo recesionar, la economía entró en un ciclo de endeudamiento externo crónico.
Por otro lado, realizó un paralelismo entre el proceso político menemista y el de Macri. “En los 90 Menem rompió el equilibrio de ganadores entre el sector financiero y los grandes grupos locales, inclinándose por el primero para que se lleven el grueso del ingreso nacional”, indicó.
Asimismo, describió cómo operó la misma lógica en 2018 cuando Macri también los favoreció y los grandes grupos económicos locales comenzaron a despegarse políticamente de su gestión, arribando al incipiente Frente de Todos.
“El sector financiero internacional tiene absolutamente claro que lo que viene en Argentina es la generación de riqueza y se la quieren llevar”, anunció. En esa misma línea Tumini inscribe los acuerdos de Macri y las debilidades del gobierno actual.
“Se va a venir una lucha muy dura en los próximos años donde se definirá quién se lleva el grueso de la riqueza que hace falta para reconstruir nuestro país”, proyectó. En este sentido, explicó que en tanto y en cuanto no haya fuerza ni voluntad política de defender los intereses nacionales, el problema de la deuda será muy severo para el desarrollo nacional.