El nuevo mandatario del Reino Unido, poseedor de una fortuna que representa el doble de la que posee la Casa Real Windsor, Rishi Sunak, dio sus primeros pasos como Primer Ministro del país britanico en el N°10 de Downing Street. El actual líder de los tories -como se denomina al Partido Conservador– asumió el cargo en medio de crisis sin precedentes que impacta en materia económica, social y, por supuesto, política.
Tras la breve, desastrosa e ilustrativa experiencia de Liz Truss como primera ministra del Reino Unido, el ex Ministro de Finanzas del gobierno de Boris Johnson busca otorgar tranquilidad a los mercados e intentar frenar la inédita crisis de inestabilidad política e institucional del país. En tanto que la crisis energética, la alta inflación, la fiscalidad, la guerra en Ucrania, los problemas en Irlanda del Norte y los aires independentistas en Escocia, se configuran como otros de los desafíos que Sunak tiene por delante.
El ex banquero, que es el PM más joven de la historia del país, tendrá que sortear las divisiones internas de los tories y consolidar su liderazgo al mismo tiempo que el Partido Laborista apunta todos los cañones hacia a los 12 años de gobiernos conservadores. Sunak, cuya legitimidad popular es cuestionada, es partidario de la ortodoxia presupuestaria y ya adelantó que ello mismo es lo que sí impondrá.
Indicios del plan económico
Una de las primeras medidas del gobierno de Rishi Sunak fue la de postergar hasta el próximo 17 de noviembre el anuncio de un nuevo plan económico. Con el negativo ejemplo del “mini presupuesto” presentado por el gobierno de la saliente Primer Ministra y bajo la excusa de poder realizar un diagnóstico más completo, el gobierno britanico busca conseguir credibilidad con los mercados.
Durante la semana, en la Cámara de los Comunes, Sunak advirtió que “tendremos que tomar decisiones difíciles para restaurar la estabilidad y la confianza económica”. Como estaba previsto, con la ortodoxia económica como bandera, el nuevo Primer Ministro y su equipo económico, según informaron a través de declaraciones públicas y medios locales, trataron de tapar el enorme agujero fiscal que tiene el Reino Unido.
¿El camino? Tratar de obtener 50 mil millones de libras al año a través del recorte de gastos y la suba de impuestos, un plan muy diferente al de su antecesora. A pesar de que Sunak sostuviera que protegería a las personas más vulnerables, todavía desde el gobierno conservador no han especificado qué sectores sufrirán las consecuencias del recorte presupuestario.
De esta manera, el ministro de Finanzas del Reino Unido, Jeremy Hunt, indicó que otro de los objetivos del nuevo plan económico es demostrar que es posible una caída de la deuda pública del país a mediano plazo. El presupuesto de Truss, que no contemplaba financiación para la rebaja fiscal propuesto, amenazó con generar un agravamiento de la deuda británica. En este sentido, impactó considerablemente en los mercados, desplomando la libra esterlina y forzando la intervención del Banco de Inglaterra.
En este marco, a pesar del gran aumento en el costo de vida sufrido en los últimos meses, el gobierno presentará un plan que contiene un enorme ajuste presupuestario que, según estiman diversos analistas, sería equivalente a un 2% del PBI. Con todas las encuestas favoreciendo al Partido Laborista y una base social que en el 2019 voto al Partido Conservador con un programa muy distinto, el nuevo gobierno britanico fijo como su prioridad a las finanzas públicas.
Un Reino no tan Unido
En Escocia e Irlanda del Norte cada vez tienen más peso los sectores que luchan por romper con los vestigios coloniales de lo que fue el Imperio Britanico. Con las consecuencias del Brexit impactando de lleno en la discusión, el gobierno de Sunak tendrá el desafío de mantener la unidad del reino.
En Irlanda del Norte, donde el partido Sinn Fein obtuvo la mayoría de escaños en las elecciones de mayo de este año, se vive un bloqueo político desde la fecha electoral. La fuerza política ganadora (que también se encuentra en la República de Irlanda) aboga por la unificación de toda la Isla irlandesa y tiene profundas diferencias con el pro-britanico Partido Democratico Unionista (DUP).
En este sentido, ambas fuerzas no lograron llegar a un acuerdo para formar gobierno como marca la ley nacional y el Reino Unido, este sábado, anunció una nueva convocatoria electoral para la Asamblea de Irlanda del Norte. En ese marco, una vez más, los aranceles fijados para Irlanda del Norte como parte del Brexit volveran a tener una relevancia importante en la agenda pública.
Por su parte, la principal ministra escocesa, la independentista Nicola Sturgeon, extendió su felicitación a Rishi Sunak pero, a su vez, le pidió la convocatoria a unas elecciones anticipadas. La lideresa escocesa busca celebrar un referéndum de independencia en octubre del 2023 y en Escocia, según diversos sondeos, crecen los aires independentistas.