Tras el brote de cólera detectado en Haití, que ya se cobró la vida de ocho personas, este lunes llegó un ofrecimiento de ayuda al país caribeño por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Según indicó en conferencia de prensa el vocero titular del ente, António Guterres, es necesario un acceso inmediato y sin restricciones sobre el terreno para facilitar la entrega de combustible con fines humanitarios. Además, la organización se declaró lista para desplegar equipos de respuesta de emergencia allí.
Al menos ocho personas fallecieron como consecuencia de un brote detectado en la capital del país, Puerto Príncipe. También se reportaron múltiples casos sospechosos tanto en las afueras de dicha ciudad, en Carrefour Feuilles, como en el barrio costero de Cite Soleil.
Brotes anteriores de la enfermedad
El país caribeño no reportaba casos de esta enfermedad desde 2019, nueve años después de la introducción de una cepa por militares de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilidad. Ese brote le costó la vida a casi 10 mil personas y enfermó a más de 850 mil.
Con este antecedente, desde la nación haitiana pidieron a la población adoptar procedimientos de higiene para contener la enfermedad. El cólera, generalmente transmitido por el agua, provoca diarrea y deshidratación severa.
A su vez, Stephene Dujarric, el portavoz de la ONU, ratificó que el secretario general hizo un llamamiento a todas las partes interesadas para trabajar juntas. De esta forma, buscan organizar una respuesta centrada en limitar la propagación de la enfermedad e informar sobre las medidas de protección.
Crisis social, economía y política
El brote de cólera llega en un momento de profunda crisis en Haití, tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021; además de la ampliación de las zonas de control de los grupos armados.
Desde finales de agosto, la sociedad haitiana sale a las calles para exigir la dimisión del primer ministro, quien asumió como máxima autoridad en el país tras el magnicidio. Esta situación se suma al reciente aumento de los precios de los combustibles decretado por el Gobierno y que agravó las protestas; a la aguda inflación que alcanzó el 30% y a la violencia de las pandillas.
El 12 de septiembre, el actual primer ministro, Ariel Henry, informó que habría un nuevo aumento en los precios de los combustibles. La nación ya enfrenta una escasez de los carburantes desde hace al menos tres meses, y su suministro está bloqueado en el puerto desde mediados de septiembre. Esto no solo ha elevado su precio y a su vez el del transporte público y los productos de primera necesidad; sino que también afecta a la capacidad de la ONU y de la comunidad internacional para responder a la crisis.
Por otro lado, debido al deterioro por la crisis y la violencia que sufre el país, las escuelas y demás instituciones educativas de Haití no abrieron sus puertas este lunes 3 de octubre, fecha en la que estaba previsto el inicio del curso escolar.
El Primer ministro pide ayuda internacional
Henry condenó la violencia de las protestas recientes, aunque reconoció que Haití está siendo golpeado por múltiples crisis y miles en su nación viven en la pobreza extrema.
Ante el grave panorama, el mandatario pidió ayuda internacional para combatir la violencia de las pandillas en el territorio haitiano, fortalecer la Policía, combatir la corrupción y mejorar la economía.
“El país tiene muchos problemas”, indicó el Primer ministro. Por este motivo, pidió: “Hago un llamado a todos para que mantengan la calma. El Gobierno está trabajando con lo que tiene”.
“La solución a los problemas del país no pasa por las barricadas en llamas, los desórdenes, la destrucción de los cristales de los coches o la destrucción de los bienes de la gente”, aseguró. Al mismo tiempo, advirtió que la Justicia perseguirá a quienes cometan actos irreparables.