Estudio Regional Comparativo y Explicativo (El ERCE) 2019 reveló que Argentina obtuvo los resultados más bajos que el promedio de la región, en cuatro de las cinco pruebas. De esta manera, se observó que retrocedió en su desempeño en todas las evaluaciones respecto de la medición anterior, (TERCE 2013).
En ese marco, Nota al Pie dialogó con Karina Pérez, con la finalidad de que nos detalle sobre la perspectiva a futuro de la educación nacional. Y de las consecuencias que provocaría la pandemia, para futuros resultados.
¿En qué consiste el estudio?
Según la UNESCO, el ERCE 2019 es la cuarta versión del Estudio Regional Comparativo y Explicativo. Este mismo se encarga de medir los logros de aprendizaje de estudiantes de los sistemas educativos de América Latina y el Caribe.
Vale señalar que, este estudio se llevó a cabo en el 2019 en 16 países. Entre ellos se encuentran: Argentina; Brasil; Colombia; Costa Rica; Cuba; Ecuador; El Salvador; Guatemala; Honduras; México; Nicaragua; Panamá; Paraguay; Perú; República Dominicana y Uruguay.
Uno de sus objetivos es ““Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad”. Sumado a “promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”, puntualizaron desde el organismo de la Naciones Unidas.
Y, por si fuera poco, su finalidad principal es servir como una herramienta de monitoreo de la calidad de la educación en la región”. De esta manera, buscan “orientar la toma de decisiones en torno a la materia”.
“El estrés impacta en el cerebro y es un desincentivo para el aprendizaje”
Con respecto al año 2020, el cual estuvo sumergido en un contexto de virtualidad, la psicopedagoga resaltó que la pandemia “llevó a cambiar toda nuestra forma de manejarnos”. Ya que “el contacto presencial era un factor importante de propagación del virus”.
En consecuencia “la educación debió cambiar su paradigma tradicional, y repensar ¿cómo se forma a los estudiantes desde la distancia?”. De esta manera, “la virtualidad fue la herramienta fundamental para continuar formando a los alumnos”.
Sin embargo, “los efectos de la implementación de este nuevo modelo de formación y aprendizaje tuvo un impacto a la luz de muchos factores”. Entre ellos la especialista enumeró: la didáctica; la mediación tecnológica en las interacciones; la creación de contenido digital; el diseño de experiencias de aprendizaje y la construcción de conocimiento.
Por consiguiente, explicó que “los estudiantes tuvieron un ciclo lectivo intermitente y cambiante en el que han experimentado, en simultáneo, distintas formas de ir a la escuela”. Estos cambios ocurridos en la Pandemia “provocaron en la sociedad, y en los estudiantes ansiedad y dudas ante la incertidumbre”.
En este año “se volvió a la presencialidad después de casi dos años de virtualidad y luego modalidad mixta”. Sin embargo, cabe destacar que “los chicos sufrieron de mucho estrés, durante esta etapa”. Lo cual “impacta negativamente en el cerebro y es un desincentivo para el aprendizaje”.
Aun así “queda un largo camino por recorrer, y para ver los efectos de las clases virtuales en los procesos de enseñanza y aprendizaje”. Por lo que, “en este contexto de pandemia, estamos a la espera de sus consecuencias a largo y corto plazo”, sentenció Karina Pérez.