Desde 2017 en la zona de Alto Rio Chubut, en la provincia de Río Negro, les Mapuches viven momentos de conflicto y violencia por parte de representantes de capitales transnacionales. Quienes compraron, en ventas ilegales generadas por la política lugareña, las tierras donde vive la comunidad hace cinco generaciones.
Con la justicia de su parte, avanzan contra el pueblo originario buscando despojarlo de sus territorios e identidad.
A raíz de esto Nota Al Pie pudo comunicarse con Soledad Cayunao y Cristina Benavidez, dos integrantes del pueblo Mapuche. Elles están en la zona de conflicto, poniendo día a día sus cuerpos contra el avance de la privatización del suelo ancestral.
“El conflicto viene de larga data. Más de 20 años que comienzan las ventas del territorio Mapuche” cuenta Cristina. Además agrega que a la fecha “pasaron varios dueños, Miguel Guajardo, Carrillanca testaferro de Joe Lewis, Midlin y finalmente Hugo Barabuci, testaferro de capitales Qataríes“.
El problema “se agrava el año pasado cuando comienza a instalarse otro alambrado en el territorio“. Pero casi como un mensaje de la naturaleza, tras una fuerte nevada tuvieron que abandonar la construcción del cercado y los obreros dejaron el lugar.
A partir de ese momento, el pueblo entra en un estado de alerta ante cualquier posible accionar por parte de les usurpadores.
Vuelven por todo
Para enero de este año les alambradores volvieron a aparecer en la zona, generándose así nuevos enfrentamientos.
Como nos detalla Cristina “Es un lugar alto a 1300/1400 metros sobre el nivel del mar, donde hay bosques de leña milenaria y 3 lagunas que para nosotros son sitios sagrados, donde nosotros hacemos nuestro Nguillatun (ritual más conocido y sagrado de la cultura y Pueblo Mapuche). Esta gente pretende alambrarnos. Si nos alambran nos cortan el acceso a esos lugares y además del vivir en el territorio porque nos están despojando”
En relación con esto resalta “este despojo ya ha avanzado demasiado porque hay gente, empleados de ellos, que vive esporádicamente en el territorio. Ya que, han construido una cabaña de chapa en el lugar dónde teníamos una ruca. Andrés Saint Antonin y otros nos la quemaron”
Desde la resistencia a lo legal
“Ellos llegan con un montón de materiales, grupo electrógeno, distintas herramientas e irrumpen con un helicóptero en el territorio” explicó Cristina. Ante la llegada de les alambradores, el lunes 26 de abril, su hermana Soledad decide bajar a la fiscalía de Bolsón y realizar la denuncia. Reclamando así la presencia policial para constatar los hechos.
Mientras tanto Cristina se quedó en la zona de Alto Río Chubut junto con un grupo, poniendo el cuerpo en el lugar, esperando a que se vayan les trabajadores sin alambrar. Finalmente, el jueves se retiraron y el viernes la policía fue a notificar para que concurran a la fiscalía a una audiencia de conciliación.
Diferencias entre sí
Incluso llegaron a tener diferencias con el Consejo Asesor Indígena (CAI), debido a que el asesoramiento que brindó fue: “dejar alambrar, luego denunciar y seguir con el proceso judicial”.
“Nosotros decidimos defender ese territorio y quedarnos en el lugar y la comunidad pretendía que se defienda desde la justicia” explico Cayunao.
Este desencuentro hizo que se alejen de la comunidad, «empezamos a sentir violencia de esta organización porque pretenden ser ellos la única voz de lo que pasa en el territorio. Utilizó su influencia, en un medio de comunicación local, para que nuestras voces no sean escuchadas”.
Debido esta razón, Soledad afirma “no necesitamos que otra persona hable por nosotros. Nosotros sabemos que tenemos que hacer”.
Continuando con su relato, expresaron que mientras transcurría uno de los conflictos para frenar el alambrado, el CAI sacó un comunicado de prensa sin dialogar con elles y sin estar en el lugar donde se llevaba a cabo la resistencia.
“Recién llegaron el sábado 1 de mayo, cuando ya todos se habían retirado, se fotografiaron y filmaron. No estuvieron más de 30 minutos en el lugar. Nosotros defendemos el territorio y sufrimos mucha violencia. Es doble porque somos mujeres y nos atacan de todos lados” concluyó Cristina.
Al lector
Este conflicto tiene sus bases en una serie de violaciones a los derechos de los pueblos originarios. El pueblo Mapuche quiere ser escuchado, contar su historia, presentar su cultura, creencia y forma de vida.
Por ello, Nota al Pie invita a los lectores a leer la segunda parte de esta nota “Voces de la tierra parte 2” donde a partir de las palabras de Cristina y Soledad, se explicará el motivo de resistencia y lucha.
Por otro lado, también se contará con las palabras de Silvina Ramírez, miembro de la Asociación de Abogadxs de Derecho indígena (AADI), quién brindará sus conocimientos en materias de derecho.