
La Caravana Mesoamericana por el Clima y la Vida avanza desde el sur de México hacia Brasil, atravesando Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá, Colombia y Ecuador. Su objetivo es visibilizar los impactos ambientales, sociales y culturales de la crisis climática sobre las comunidades más vulnerables de la región.
Iniciada el 12 de octubre, la marcha concluirá el 6 de noviembre de 2025, días antes del inicio de la COP30, que se realizará en Brasil.
“En estas conferencias no hay soluciones reales, ni para la crisis ambiental ni para los pueblos indígenas”, afirmó Bettina Cruz Velázquez, representante de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec, quien denunció la imposición de megaproyectos eólicos sin consulta previa.
Territorios en resistencia
Desde Guatemala, Ana Lucía Morales, integrante de la Asociación Grupo Integral de Mujeres Sanjuaneras (AGIMS), denunció la criminalización de líderes indígenas que se oponen a proyectos hidroeléctricos y mineros.
“La falta de agua, las enfermedades y la pérdida de tierras fértiles son consecuencias directas de este modelo extractivista”, advirtió.
La caravana busca también tejer alianzas y redactar un documento común de demandas que será presentado ante los gobiernos y organismos internacionales durante la COP30.

Una iniciativa regional con respaldo global
El movimiento nació tras el Encuentro Global por el Clima y la Vida realizado en Oaxaca en 2024. Según Alí Trinidad, co-coordinador de la caravana, Mesoamérica es una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta, pero también una de las más amenazadas por megaproyectos extractivos y financieros.
El recorrido incluye encuentros comunitarios, charlas universitarias y protestas pacíficas, además de presentaciones en organismos internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde denunciaron la impunidad ante las violaciones a los derechos humanos en los territorios.
La iniciativa cuenta con el apoyo de Medico International, Youth Climate Justice Fund, Movement Hub y XR NL, entre otros.
Solidaridad internacional
En paralelo, activistas como Dianx Cantarey, de Deuda x Clima, impulsan campañas en Alemania y otros países europeos para difundir la caravana y conseguir apoyo financiero.
“Allí presentamos documentales sobre las luchas de los pueblos de Abya Yala y su defensa del territorio. Es una red que busca unir al Norte y al Sur global por la justicia climática”, explicó Cantarey.

