
En la 66° Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, una vez más, el Presidente Javier Milei se despegó de los objetivos del bloque con un posicionamiento a merced de los intereses estadounidenses.
El encuentro tuvo lugar en el Palacio San Martín del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, que se encuentra en Retiro. Allí, finalizó la presidencia pro témpore de Milei, quien dio paso a la asunción del mandatario brasilero, Luiz Inácio Lula da Silva.
Tal como se esperaba, el líder libertario cuestionó al propio Mercosur y reclamó por una flexibilización para acuerdos de libre comercio, tal como exigió en otras oportunidades en busca de un acercamiento con los Estados Unidos. Además, amenazó con abandonar el bloque si los países miembros no redireccionan sus objetivos.
Por su parte, Lula da Silva se despegó de Milei y ponderó al bloque: “Uno busca los lugares donde se siente seguro, y para Brasil ese lugar es el Mercosur”. Y añadió: “Tenemos una red de acuerdos que se extendió a los estados asociados, toda América se transformó en un área de libre comercio”.
Las diferencias políticas e ideológicas entre Milei y Lula limitaron su contacto a un frío e insalvable saludo protocolar. Tras la cumbre, el mandatario brasilero se dirigió hacia el departamento de Cristina Kirchner donde mantuvo un encuentro de una hora.
Al margen, se llegó a un acuerdo entre el Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) que está comprendida por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Él mismo creó una zona de libre comercio en un mercado que abarca 300 millones de personas y un PIB de 4.3 billones de dólares.
De la cumbre participaron, además de Milei y Lula, el presidente de Bolivia, Luis Arce; de Paraguay, Santiago Peña; de Uruguay, Yamandú Orsi. Además se sumó el mandatario de Panamá, José Raúl Mulino, la vicepresidenta de Ecuador, María José Pinto y altos representantes de Colombia, Chile y Perú.
Milei y Lula: los dos extremos del bloque
Durante una nueva cumbre del Mercosur, la última bajo la presidencia pro témpore de Javier Milei, quedaron de manifiesto los intereses que representan las partes.
Por su lado, Milei se dedicó a embestir el propio funcionamiento del Mercosur: “el norte se fue empantanando, privilegiando solo a algunos sectores, favoreciendo una estructura elefantiásica”, indicó. Y propuso moverse “hacia un esquema comercial y regulatorio mucho más libre, en lugar de la cortina de hierro a la que hoy estamos sometidos”.
Como es sabido, el líder libertario presiona por una flexibilización que le permita a los países realizar tratados de libre comercio de forma unilateral por fuera del bloque, sin consenso alguno entre los miembros del Mercosur. Este objetivo que se propone Milei responde a la intención de un avance en favor de acuerdos con Estados Unidos.
Ante las exigencias planteadas, Milei espera que el Mercosur adopte “las reformas pro libertad comercial que necesita”, y que dicho “camino de la libertad” lo emprenderán “acompañados o solos, porque Argentina no puede esperar”.
Por último, señaló: “Está en nuestros socios del Mercosur decidir si quieren ayudarnos a emprender el camino que hemos elegido”.
Ante las presiones de Milei, el mandatario Lula da Silva no retrocedió y defendió al bloque: “Uno busca los lugares donde se siente seguro, y para Brasil ese lugar es el Mercosur”, dijo el presidente.
Asimismo, remarcó: “Tenemos una red de acuerdos que se extendió a los estados asociados, toda América se transformó en un área de libre comercio. Estar en el Mercosur nos protege”.
En contraste con el pedido de flexibilización del libertario, Lula valoró el arancel externo común: “Nos protege de las guerras comerciales internacionales”.
Por otro lado, el mandatario presidente brasilero avanzó con la propuesta de agendas que son del rechazo de Milei, con un “Mercosur verde”, ante la existencia del “negacionismo ambiental”. Además, se comprometió en lograr un acuerdo con la Unión Europea durante su mandato que inició ayer.