La sesión de este miércoles había comenzado a las 11.15 para tratar el veto del presidente Javier Milei a la Ley de Movilidad Jubilatoria, la cual preveía una actualización del 8,1% en los haberes previsionales, entre otros puntos. Tal como se esperaba, el quórum se logró sin mayores complicaciones y el debate se habilitó con dos tercios de los votos, avalados tanto por la oposición como por el oficialismo.
La solicitud de esta sesión fue impulsada por diputados de la UCR, la Coalición Cívica y Encuentro Federal, quienes, sin embargo, enfrentaban una situación adversa en cuanto a la posibilidad de alcanzar los votos necesarios. Las expectativas de la oposición, que inicialmente se mostraba optimista, comenzaron a desmoronarse a principios de semana.
La fotografía de varios diputados radicales con el presidente Milei en la víspera de la sesión fue un golpe de realidad, disipando el optimismo de una oposición que, hasta ese momento, confiaba en poder rechazar el veto.
En el inicio de la sesión, la secretaria parlamentaria del PRO, Silvana Giudici, sugirió acortar el debate y proceder rápidamente a la votación, pero otros bloques reclamaron más tiempo para exponer sus posiciones. Tras un cuarto intermedio, se acordaron los tiempos de intervención para cada bloque.
Las posiciones en el debate
El debate mostró profundas divisiones tanto en la oposición como en el oficialismo. Lourdes Arrieta, diputada mendocina que debutaba fuera del bloque de La Libertad Avanza, manifestó su rechazo al veto, argumentando que «los jubilados no pueden ser considerados pasivos fiscales».
En contraste, el diputado santacruceño Sergio Acevedo defendió la Ley, calificando como «absurdas» las razones fiscales detrás del veto y subrayando la creciente desigualdad en el país.
Desde el Frente de Izquierda, Nicolás Del Caño denunció un escenario de corrupción alrededor del veto, comparándolo con la polémica Ley Bases, y acusó al gobierno de actuar en contra de los trabajadores y jubilados, mientras que los sectores más ricos reciben beneficios.
Por otro lado, el diputado Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, criticó el «transfuguismo político» de aquellos que decidieron cambiar su voto respecto a la sesión de junio, señalando que «darse vuelta es darle la espalda a los jubilados».
El bloque de Innovación Federal, representado por Agustín Domingo, anunció su abstención, argumentando que, si bien la fórmula de movilidad no es fiscalmente inviable, tampoco apoyarían la decisión política del presidente.
El trasfondo político y fiscal
La discusión también giró en torno al impacto fiscal del veto. El diputado Nicolás Massot, de Encuentro Federal, criticó la idea de que «no hay plata» para mejorar los haberes jubilatorios, y señaló que la fórmula anterior perjudicó a los jubilados.
Además, advirtió que, si la inflación baja, los jubilados seguirán perdiendo poder adquisitivo a menos que se contemple un componente salarial en la fórmula. Desde el oficialismo, Germán Martínez, presidente del bloque de Unión por la Patria, defendió el derecho de los jubilados a una mejora en sus ingresos y criticó la maniobra del gobierno para asegurar el veto.
Por su parte, el diputado Itaí Hagman acusó al presidente Milei de implementar un congelamiento de los haberes jubilatorios y advirtió que quienes voten en contra de la ley estarán avalando ese estancamiento.