Luego de que la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, arribará al país hace algunos días, otra vez el Gobierno nacional puso en tensión el vínculo con China. En medio de las disputas geopolíticas que existen entre el gigante asiático y el país norteamericano, el gobierno de Javier Milei no pretende impostar neutralidad y se mete de lleno en un asunto que hasta entonces resultaba ajeno.
La última demostración de sumisión ante los Estados Unidos fue cuando Milei emprendió un viaje relámpago para darle la bienvenida a Richardson, que recién llegaba a Tierra del Fuego.
Además de la desprolijidad en torno a que un presidente reciba a una funcionaria de menor jerarquía, la polémica también estuvo en el modo elegido para realizar un anuncio conjunto.
A pocos días de la conmemoración de la Guerra de Malvinas y tras sonar el himno estadounidense en suelo antártico, el libertario y la generala anunciaron a medianoche la instalación de una base naval dispuesta por ambos países.
“Los argentinos, como pueblo, tenemos una afinidad natural con los Estados Unidos”, dijo el mandatario argentino durante el acto que encabezó en Ushuaia. La ratificación de esta afirmación llegó más tarde, cuando desde el Gobierno nacional informaron una supuesta “inspección” en la base espacial china ubicada en la provincia de Neuquén.
Antes de la llegada de Richardson a la Argentina, el embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley, ya había tanteado el terreno. En diálogo con el diario La Nación, a finales de marzo el diplomático expresó: “Me sorprende que la Argentina permita que las Fuerzas Armadas chinas operen en Neuquén, en secreto, haciendo quién sabe qué”.
La respuesta de China
En cuanto a los rumores de una inspección, fue el ministro de Defensa argentino, Luis Petri, quien adelantó la idea que el Gobierno tiene que “entrar” en la base espacial china que funciona en Neuquén. “Vamos a garantizar que las actividades que se realicen estén en el convenio”, dijo el funcionario durante una entrevista en TN.
La base, que funciona desde 2012 tras la firma del primer acuerdo entre ambos países, se encuentra en la localidad Bajada del Agrio y es la primera que China instala fuera de su territorio.
Al respecto de sus tareas y de las acusaciones sembradas por funcionarios estadounidenses, la Embajada de China en Argentina emitió un comunicado en el que aclaraba que la base espacial se trata de una estación con un modelo de operación “abierto y transparente”.
“La Estación de Espacio Lejano en Neuquén es una instalación de cooperación tecnológica espacial entre China y Argentina. Los científicos tanto de Argentina como de China tienen acceso al uso de esta estación para investigación científica”, señala el escrito que la oficina diplomática emitió a través de su cuenta de X (ex Twitter).
Asimismo, informaron que, además de ofrecer servicio de medición y control para proyecto aeroespacial de China, esta estación también trabaja junto con los organismos y empresas de varios países en la exploración espacial.
“El gobierno local y escuelas de Neuquén utilizan esta estación para la divulgación de conocimientos espaciales. En 2019, la Cancillería argentina y la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) coordinaron una visita de delegación de representantes diplomáticos, incluyendo de Estados Unidos, a la estación”, agrega el comunicado.
Por último, desde la Embajada china también hicieron mención del documental referido a la base que fue hecho por la parte argentina en 2019 y que, según resaltaron, “ha tenido muy buena acogida”.
“Todo esto demuestra plenamente el carácter civil y el modelo de operación abierto y transparente de dicha estación”, remarcaron.