El nuevo trabajo compilatorio de Junji Ito, “La Zona Liminal”, editado por la editorial Ivrea Argentina, se encuentra ya disponible en las principales comiquerías del país desde principios de enero.
Se trata de un tomo único que recopila relatos cortos que el autor publicó en la revista Line Manga y que cuenta con 200 páginas (formato 14,8 cm por 21 cm), en blanco y negro, con tapas blandas y sobrecubierta con solapas y a color.
En este nuevo tomo único, compuesto por cuatro historias autoconclusivas, Junji Ito continúa con su tono oscuro y turbio. Nos volveremos a encontrar con personajes que pese a que en un principio resultan bastante luminosos, de manera algo inesperada, pronto se volverán sombríos e inquietantes.
En La Zona Liminal, Junji Ito vuelve a transmitir a través de sus historias una atmósfera muy tensa y terrorífica. Además, las ilustraciones de personajes, fondos y paisajes reflejan adecuadamente ese horror, a través de un trazo definido y sin excederse en los detalles.
¿Qué horrores alberga la “Zona Liminal”?
Ito nos trae una antología de cuatro narraciones cortas, cuyas temáticas resultan de lo más diversas. Son historias que nos ubicarán en la ‘zona liminal’: este espacio es, dicho de forma sencilla, ese límite o umbral entre lo físico y lo mental.
En “La Cuesta de las Plañideras”, Ito construye un relato que nos sitúa en un viaje de una pareja en tren. Lo que parece una travesía de lo más ordinaria, nos lleva a una aldea que atrapará a les protagonistas para siempre. En este giro inesperado, las ‘plañideras’ y su llanto serán la clave para un viaje sin retorno, hacia la perdición y la muerte.
“La Madonna” nos adentra en un colegio religioso para chicas. Lo que parece un típico internado estricto, a medida que pasen las páginas, se teñirá de oscuridad. La Madonna nos habla de la Virgen María, del significado de ser caste y pure y de la fe. Mucha sal, estudiantes y profesoras algo ausentes y estatuas hechas añicos son tan solo algunas de las cuestiones particulares que nos propone Ito en este relato.
En “El flujo espiritual de Aokigahara”, acompañaremos a una pareja a internarse en un bosque para no salir jamás. En la noche, les chiques ven unas luces extrañas. Al día siguiente, descubren un camino de árboles torcidos que llevan hacia una cueva muy peculiar.
Une de elles, Norio, adquirirá una especial atracción hacia esas luces y lo que aparenta ser solo una historia de terror, se funde en un relato de ciencia ficción. Veremos estalactitas y cuerpos afilados y ondulantes en una atmósfera que se tornará cada vez más turbia y sobrenatural.
“Entredormido” entremezcla lo onírico con el estado de vigilia para sumergirnos en un relato lleno de preguntas, dudas, desconciertos y mucha muerte. Recuerdos, dejà vu y miedo, algunas de las cuestiones que veremos en esta historia que incluye a un asesino serial.
Relatos situados en un contexto particular
El tomo incluye un posfacio en el que Junji Ito nos retrotrae a esos momentos de encierro que vivimos en un pasado no muy lejano, durante la pandemia por el covid19. En ese breve texto, el artista comenta que escribió los cuatro relatos autoconclusivos durante la cuarentena, encerrado en su pieza.
Además nos cuenta que rescató las historias de un cuaderno viejo donde tenía varias ideas sin usar. Según señala el autor, en un principio, los relatos del tomo fueron publicados en una plataforma, Line Manga, mediante una aplicación.
Puesto que haber publicado en este formato no impone límites en cuanto al espacio ni extensión, Ito pudo desarrollar todo su asombroso y oscuro estilo artístico. La revista Line Manga propone un formato que permitió a Junji Ito recuperar ideas desechadas del pasado con una narrativa provocadora.
Recorreremos historias ancladas en un terror más místico y religioso, pero también propuestas más bizarras, impactantes, desconcertantes y algo absurdas. Ito admite en el posfacio que cuando escribe, suele excederse del límite de páginas y viñetas requeridas.
Por lo tanto, en general tiene que volver a empezar y a quitar cosas para ajustarse a los formatos requeridos. En esta oportunidad, resulta evidente que el autor pudo desplegar todas su creatividad, tanto a nivel guión como ilustración, sin tener que encorsetarse a las típicas estructuras de las revistas de manga japonesas.