El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) publicó un informe donde señala que los gobiernos tienen previsto producir un 110% de combustibles fósiles por encima del nivel de producción requerido para limitar el calentamiento global a 1,5°C. Este porcentaje es un 69% superior a la producción máxima permitida para cumplir el objetivo del 2%.
El Informe sobre la Brecha de Producción de 2023, cuyo título es “¿Frenar con el acelerador? Los principales productores de combustibles fósiles planifican más extracciones a pesar de sus promesas climáticas”, fue realizado por el Instituto de Estocolmo para el Medio Ambiente (SEI), Climate Analytics, E3G, el International Institute for Sustainable Development (IISD) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, afirmó que “alimentar las economías con energía limpia y eficiente es la única manera de acabar con la pobreza energética y reducir las emisiones al mismo tiempo”. A la vez, también pidió que a partir de la COP28 las naciones se unan “en torno a una eliminación gradual, controlada y equitativa del carbón, el petróleo y el gas, para aliviar las turbulencias que se avecinan y beneficiar a todas las personas del planeta”.
¿Cuáles son las conclusiones del informe?
El cambio climático causado por los seres humanos ya está aquí, un ejemplo de ello es que julio 2023 fue el mes más caluroso jamás registrado.
En ese marco, la Organización de Naciones Unidas (ONU) señaló que la temperatura promedio del planeta está yendo hacia un incremento que oscilará entre 2,5 y 2,9 °C en este siglo, aproximadamente el doble de la meta ideal.
Entre 2021 y 2022, las emisiones mundiales de dióxido de carbono, que vienen en un 90% de los combustibles fósiles, alcanzaron máximos históricos. En el informe sostienen que los planes para aumentar la producción de hidrocarburos no son coherentes con las promesas que se asumieron en el Acuerdo de París ni con las promesas que asumieron 151 gobiernos nacionales de alcanzar el objetivo de cero emisiones netas.
Además, citan otro informe, en este caso, de la Agencia Internacional de Energía (IEA), que sugiere que la demanda mundial de carbón, petróleo y gas va a llegar a su punto máximo en esta década que va desde el 2020 al 2029.
Esta estimación no tiene en cuenta nuevas políticas a favor de la extracción de combustibles fósiles que puedan surgir en esa década. Sumando ambos factores, los planes de los gobiernos llevarían a un aumento de la producción mundial de carbón hasta 2030, y de la producción mundial de petróleo y gas al menos hasta 2050.
Por ejemplo, durante septiembre en Argentina el presidente del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG), Ernesto López Anadón había estimado que el país podría triplicar su nivel de producción de hidrocarburos y llegar a 1,5 millones de barriles crudos al año para 2032.
Ploy Achakulwisut, autora principal del informe y científica del Instituto de Estocolmo para el Medio Ambiente destacó que “gran parte de los gobiernos promueven el gas fósil como combustible esencial de transición”, pero no tienen planes para abandonarlo en un futuro cercano.
Ella, a su vez, explicó que los hallazgos científicos, para mantener vivo el objetivo de los 1,5°C, les indican que se debe empezar cuanto antes “a reducir la producción y el consumo mundial de carbón, petróleo y gas” y “aumentar las energías limpias, reducir las emisiones de metano de todas las fuentes y adoptar nuevas medidas”.
Otros hallazgos que realizaron en el informe
Elles entienden que los países deberían aspirar a eliminar por completo la producción y el uso de carbón para 2040 y reducir al menos en un 75% la producción y el uso tanto del gas como del petróleo para 2050. A su vez, explican que “los gobiernos con mayores capacidades para abandonar los combustibles fósiles deberían aspirar a lograr reducciones más ambiciosas y a apoyar los procesos de transición en los países con recursos limitados”.
Sin embargo, pese a que 17 de lo 20 países que presentaron en su informe se comprometieron a cumplir los objetivos para alcanzar el escenario de Cero Emisiones Netas, ninguno se propuso o comprometió a reducir la producción de carbón, petróleo y gas, para cumplir con los objetivos de limitar la temperatura mundial a 1,5°C.