Este sábado 11 de noviembre finaliza una nueva temporada de la intensa comedia dramática “Juventud Unida”. Dirigida y escrita por Rodrigo Rivero, esta historia original se destaca por la entrega sobre el escenario del trío de actores protagonistas: Alessandro Bondoni, Federico Ferreyra y Fernando Malfitano.
Allí interpretan a tres futbolistas de una división local en un pequeño pueblo, en donde cada uno se conjuga con su propia historia, creando una obra que resalta la interna previa a un crucial partido en la capital. La función final será a las 22, en NoAvestruz Espacio de Cultura (Humboldt 1857, Ciudad de Buenos Aires).
El punto de partida de la propuesta es el encuentro de dos jóvenes futbolistas en un camping en las afueras de un pueblo de Santa Fe, en la víspera de la final del campeonato más crucial de sus vidas.
La llegada de un tercer protagonista los lleva a enfrentar la tarea de reconocerse y abordar los aspectos que influyen en la construcción de su masculinidad. Una propuesta que mezcla muy bien la comedida y el drama, y destapa una realidad poco explorada como lo es la homosexualidad en el fútbol.
Los hechos trascendentales suceden en ese camping, donde estos jóvenes se concentran antes de su viaje a la Capital Federal, clave en sus carreras deportivas.
Por supuesto, en esa ansiosa noche previa, comienzan a confesarse sobre la presión de ser un deportista profesional y cómo cada uno sufre esa presión por llegar a ocupar un lugar preponderante en la historia. Además, también surgen en la conversación temas personales que marcan y ejemplifican todo el universo del fútbol.
Dentro de sus revelaciones, se habla de igual manera de las limitaciones y la falta de libertad que se siente al nacer en un pueblo. La dificultad que se tiene para elegir por uno mismo, por ejemplo, quién se quiere ser o a quién se puede amar. Y también hay un trasfondo sexual y homosexual, que todo el tiempo está ahí latente, aunque nunca es explícito en la obra.
Tres actores en total entrega
La obra dirigida por Rodrigo Rivero no tiene caídas y se mantiene con fluidez durante casi un poco más de una hora de duración. Pero algo que sorprende para bien, es la calidad del trío protagonista compuesto por Alessandro Bondoni, Federico Ferreyra y Fernando Malfitano.
Además, no se puede dejar de señalar la notable exigencia física que demanda este espectáculo para cada uno de ellos. Los dos primeros en entrar en escena son el capitán del equipo, y uno de los goleadores, cuyos papeles enfrentan sus propios desafíos personales.
Este último es presionado por su padre para ser una estrella, y su destino se debate entre la familia y el fútbol. Un poco más tarde, entra el tercer actor en juego, como un personaje clave para generar sospechas sobre su conexión con el entrenador o el capitán del equipo. A lo largo de la función, cada rol experimenta distintos estados emocionales, transitando de la tristeza a la risa en un instante.
La trama se desenvuelve entre relaciones complicadas y misterios, y poco a poco se va transformando en una narrativa que cautiva y deja al público ansioso por descubrir los secretos detrás de cada jugador.
Los tres personajes se sumergen en la complejidad de poder elegir con libertad, para aquellos que nacen en un pueblo del interior, y se explora con respeto las consecuencias de estas represiones. Un texto dramático plasmado en una puesta sencilla, que cuenta con un lenguaje cotidiano, lo que le suma una rápida empatía.
Desde el primer minuto, la obra cautiva al espectador con una historia simple que desafía las normas masculinas mientras se burla de las conductas absurdas que la sociedad normaliza. También hay lugar para exponer el juicio superficial de cierta parte de la sociedad que se fija más en la apariencia que la parte humana de cada persona.
En resumen
“Juventud Unida” es una comedia dramática que de manera hábil logra interpelar a todes los presentes en un abanico de temas, expuestos con actuaciones sorprendentes y una buena dinámica.
También explora a fondo las complejidades de las relaciones humanas, abordando la amistad en sus diversas expresiones, así como el amor, los miedos, las drogas, los sueños y la ambición. La puesta en escena es sencilla, pero proporciona un entorno ideal para sumergirse en la emocional trama creada y dirigida por Rodrigo Rivero.
Su texto proporciona una visión profunda sobre temas relevantes y envía un mensaje intrigante que probablemente genere debates en la audiencia, como la aceptación de la diversidad en general. Ya que no teme explorar abiertamente la presencialidad poco conocida de la homosexualidad en el ámbito del fútbol.
En conclusión, la obra no solo es recomendable para ver, sino también para reflexionar sobre sus temas profundos y contemporáneos, más allá del deporte en sí.