Continúa con gran éxito en su segunda temporada el tierno unipersonal «Okāsan. Diario de viaje de una madre», dirigido por Paula Herrera Nóbile. Todo comienza a partir del viaje de una madre hacia la madurez de su hijo, con una extraordinaria interpretación de Carola Reyna. En su primera visita a Japón para ver a su único hijo, quien se ha mudado a ese lejano país, esta mujer descubre que su hijo forma parte de un paisaje nuevo y desconocido. Las funciones están programadas para el mes de mayo, el viernes 3 y 24, y martes 28, y en junio para el sábado 1 y viernes 7, siempre a las 22.15 hs, en el Teatro Picadero, Pasaje Enrique Santos Discépolo 1857, CABA.
En este impactante biodrama, Carola Reyna enfrenta muy bien su primer unipersonal, con una historia cautivante inspirada en la poesía de Mori Ponsowy, extraída de su libro «Enemigos afuera». Pero además, la toca en lo personal, ya que la actriz también tiene un hijo viviendo en el extranjero, como la protagonista de esta ficción. Se explora una relación materno-filial con sutileza y gracia, además del choque cultural y el desconcierto de esa madre que viaja a Japón para visitar a su hijo. Este viaje se convierte así en una odisea de autodescubrimiento, donde la madre se enfrenta a la pregunta crucial de quién será ella misma en este nuevo capítulo de su vida. La magia del arte se manifiesta en este acto de sanación, donde lo irremediable se eleva a lo trascendente.
Una propuesta teatral simple y profunda a la vez, donde se emplea el lejano Japón como una representación simbólica de lo extraño y cercano al mismo tiempo. Su trama impacta en las emociones, sobre todo en las madres. La simplicidad de los recursos creativos captura el encanto del viaje de la protagonista por Japón, al revelar su descubrimiento personal en cada paso junto a su hijo. Sin alardes, pero con sinceridad y profundidad emocional, esta travesía teatral es un maravilloso viaje introspectivo y emotivo, sin artificios ni sentimentalismos.
Una gran interpretación que colma el escenario
En este unipersonal, la protagonista se encuentra en un cruce de culturas, escrituras y generaciones, entre pasado, presente y futuro. La obra propone un diálogo poético que fusiona lo narrativo con lo teatral, donde se plasma la búsqueda del autoconocimiento de manera particular. Con la destacada actuación de Carola Reyna, quien además colaboró en su adaptación, junto con Sandra Durán y su directora Nóbile. Esta propuesta alcanza una rara perfección al fusionar una mixtura equilibrada tanto de la tradición oriental como la occidental. Reyna, con su cuerpo, encarna esta fusión y transformación, y lleva al espectador en un viaje teatral que invita a la reflexión y la introspección, en un personaje que atrapa al público en su magia escénica.
Desde la dirección de Paula Herrera Nóbile, se logra una fusión perfecta entre el cuerpo de la actriz y el espacio escénico. Reyna derrocha talento como comediante, mostrando estados emocionales justificados y equilibrados con autoironía. Cada movimiento y cada objeto que manipula en escena están marcados con precisión, mostrando un diseño, un color y una filosofía de vida en cada detalle. El trabajo de vestuario de Ana Markarian merece especial reconocimiento.
En resumen
«Okāsan. Diario de viaje de una madre» es un unipersonal que se distingue de otros no solo por un texto mágico y poético, sino también por la ternura de su protagonista. Todo invita a una profunda reflexión sobre el poder del lenguaje y las emociones que se transmiten en cada palabra. Con una estética impecable, se crea un espacio ideal para que este empático personaje comparta su historia de vida. La actriz destaca en su papel, manejando con maestría las sutilezas de un personaje que experimenta desconcierto, alegría y aceptación.
El viaje familiar se convierte en una aventura íntima y propia para descubrir quién será ella de ahora en adelante. Una actuación brillante que cautiva al público desde que pisa el escenario. Una pequeña historia universal que aborda la maternidad, la vida, el paso del tiempo y los cambios de roles, ya sea siendo hijo de un hijo o madre de una madre. ¡Imperdible!