En un operativo que duró 24 horas se realizaron tres trasplantes en simultáneo en el Hospital de Pediatría Garrahan de la Ciudad de Buenos Aires. Esto sucedió gracias a la familia de un niño que convirtió su pérdida en la salvación de 3 vidas infantiles. Se utilizó la donación de un trasplante bipulmonar en una adolescente de 13 años, uno cardíaco en un niño de 2 y uno hepático en una bebé de 1, de un chico de identidad reservada fallecido que provenía de Junín.
“No es la primera vez que se realiza un trasplante multiorgánico en el país y en el Garrahan, aunque no es tan frecuente que se realice en pediatría. Es todavía más destacable que se haya logrado en el sistema de salud público”, destacó en diálogo con Nota al Pie Mariano Boglione, coordinador del Centro Quirúrgico del Hospital y quien encabezó el equipo del trasplante de pulmón.
Estuvo la intención por parte de los médicos de realizar un cuarto trasplante, pero el riñón no fue compatible con quién lo necesitaba y no se pudo llevar a cabo la operación. De todas formas, el servicio de Trasplante Hepático del Hospital Garrahan está por cumplir los 1000 trasplantes luego de haber sido el primero en realizar una intervención de este tipo en el ámbito pediátrico en un hospital público de Argentina, en 1992.
¿Cómo se dio todo este proceso?
“Una vez que la familia de la persona fallecida decide donar los órganos, el INCUCAI, que es el organismo que regula la actividad en el país constata la lista de pacientes y se dio, en este caso, que los tres estaban en el Garrahan. Otros órganos del mismo donante fueron a otras instituciones, es decir que son varias las vidas que se pueden salvar con solo una acción”, explicó el profesional.
Este tipo de situaciones requiere mucha coordinación instantánea por parte de las clínicas, el transporte, los profesionales y la administración. En este caso la logística para llevar adelante el procedimiento contó con viajes en avión y ambulancia, y las herramientas necesarias de soporte que permitieron avanzar con la operación.
“En este caso el primer llamado fue un sábado pasadas las cuatro de la tarde. A las 10 de la noche ya estábamos saliendo a buscar los órganos. Un equipo se dirige a realizar la ablación, en este caso a Junín y otro ya está acá con cada receptor y preparando todo para cuando lleguen los órganos”, detalló el doctor.
El tiempo de isquemia fría (el período transcurrido desde que el órgano es preservado en un estado hipotérmico hasta su trasplante en el receptor) para un corazón o pulmón es de cuatro horas, mientras que para el hígado ese periodo puede extenderse entre 24 y 36. Un obstáculo en esta ocasión fue que Junín no cuenta con aeropuerto por lo que tuvieron que aterrizar en un aeródromo en Chacabuco y trasladarse en ambulancia al hospital, unos 60 kilómetros en un avión más pequeño de lo habitual.
¿Cómo fue cada operación?
El especialista que encabezó el equipo que implantó el pulmón, e integró la comitiva que viajó a intervenir al donante, pidió que participaran del viaje seis profesionales, incluido el piloto. Para el trasplante cardíaco, que se desarrolló en 4 horas y 50 minutos, se utilizó un corazón más grande porque el paciente receptor tenía hipertensión pulmonar.
La intervención de corazón fue para el equipo como cualquier otra, aunque sí hubo profesionales de esta área colaborando en el trasplante bipulmonar que requirió el uso de bombas de inflación extracorpórea, y se prolongó por seis horas. Esta paciente un año atrás estaba sana, pero tuvo una neumonía necrotizante que le dejó una secuela que solo se curaba con trasplante. En marzo hubo un operativo frustrado porque el donante tuvo un paro cardiorrespiratorio y el órgano dejó de ser útil antes de tiempo.
Además de los equipos de trasplante cardíaco, hepático y pulmonar hay anestesiólogos, instrumentadoras, perfusionistas, enfermería, hemoterapia, choferes, policías, y gracias a estas personas los tres casos de les niñes evolucionan favorablemente, algunos inclusive están cerca del alta.