La Argentina busca seguir los ejemplos de varios países de la región, como México y Chile, que recientemente modificaron sus legislaciones para reducir la jornada de trabajo. Aunque hay varios proyectos en el Congreso, ninguno fue debatido aún y les dirigentes sindicales presionan al gobierno para que garantice su tratamiento.
Según afirmó el dirigente de la Central de Trabajadores la Argentina (CTA), Hugo Yasky, la próxima semana se reunirá la Comisión de Legislación del Trabajo en la Cámara de Diputados. Allí, comenzarán a debatir un proyecto de reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales.
“Vamos a invitar a representantes no solamente de los sindicatos, sino también de sectores no gubernamentales de Alemania, España y otros países para que nos cuenten cómo redujeron la jornada laboral y los beneficios que aportó”, explicó el referente gremial.
Por su parte, luego de las elecciones primarias, el oficialismo orientó su campaña a la ejecución de políticas dirigidas a los trabajadores. Después de anunciar la reducción masiva del Impuesto a las Ganancias, ahora ratifican su apoyo a la iniciativa de reducir la jornada laboral.
Al respecto, la ministra de Trabajo Raquel “Kelly” Olmos sostuvo que su cartera respalda el proyecto debido a que la Argentina “quedó muy retrasada al mantener desde los años ’80 las 48 horas semanales”.
En su opinión, la modificación de la normativa actual debe partir de “un planteo escalonado” para que la cantidad de horas de trabajo semanales vaya “reduciéndose y tienda a converger en lo que hoy está vigente en el resto de los países”.
Otros ejemplos en el mundo
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) establece que el máximo tiempo de trabajo debe ser de 48 horas semanales. Sin embargo, hace ya 60 recomendó a los países que redujeran la jornada semanal a 40 horas, para garantizar el bienestar de les trabajadores y la productividad.
Según el senador Mariano Recalde, autor de uno de los proyectos, la reducción de la jornada “incrementa la productividad, disminuye costos empresarios y accidentes, y permite una mejor distribución del empleo, así como de la conciliación entre la vida personal y laboral”.
En Latinoamérica, la jornada de 48 horas está vigente en Argentina, Colombia, Nicaragua, Bolivia, Perú, entre otros. Por otro lado, El Salvador, Guatemala y Brasil tienen una jornada laboral menor, con un máximo de 45 horas laborales por semana.
El caso de Ecuador es especial: el país sudamericano se adaptó a las recomendaciones de la OIT y en 1997 reformó el Código de Trabajo para reducir la jornada de 44 a 40 horas semanales. Esta legislación está vigente hasta el día de hoy.
En cuanto a México, el año pasado la Cámara de Diputades modificó el Artículo 123 de la Constitución Política Mexicana para reducir la jornada obligatoria de 48 a 40 y aumentando el tiempo de descanso de uno a dos días.
En Chile, legisladores del Partido Comunista defendieron durante seis años un proyecto para modificar el artículo 22 del Código de Trabajo. La iniciativa, que también fue impulsada por el presidente Gabriel Boric, fue aprobada y la jornada de trabajo se reducirá de 45 a 40 horas para 2028.
Por otro lado, España es uno de los primeros países en que se llevaron a cabo políticas públicas de promoción de la jornada reducida de trabajo. El gobierno invirtió más de 9 millones de euros en subvenciones a pequeñas empresas que recortaran la jornada de sus empleades sin reducirles el sueldo.