Los pueblos originarios en Argentina fueron y son producto de debate respecto a las tierras y territorios que habitan. En Brasil, el Gobierno encabezado por Lula da Silva anunció el pasado martes la demarcación de varios territorios indígenas, una de sus promesas durante campaña.
El anuncio se da en concordancia con el festejo del Día de la Amazonia, celebrado cada 5 de septiembre. Según datos oficiales, los pueblos originarios en Brasil ocupan el 13,7% del territorio. De las 610 tierras indígenas, 487 están delimitadas.
A través de sus redes sociales, el mandatario brasileño expresó: “Los pueblos del Amazonas también tienen prisa por librarse de la violencia del subdesarrollo”. “Violencia que quita oportunidades de educación, vivienda, salud y vida en ciudades adecuadas. Y qué mejor manera de celebrar el Día de la Amazonía que demostrando hoy que el gobierno federal también tiene prisa”, agregó.
Además, el anuncio se da en momentos claves, ya que la Corte Suprema tiene bajo la lupa los derechos indígenas respecto a las tierras ancestrales. Este asunto enfrenta a los pueblos originarios y al poderoso sector agropecuario que ocupó las tierras, a veces, a la fuerza.
Desde la semana pasada, los magistrados del máximo tribunal volvieron a discutir, después de una pausa de casi dos meses, la constitucionalidad de la tesis jurídica conocida como “marco temporal”. La misma sostiene que los indígenas sólo tienen derecho a las tierras que ocupaban el 5 de octubre de 1988, fecha de promulgación de la Constitución de Brasil.
Nuevas reservas indígenas y deforestación cero
El mandatario también decretó la creación de las nuevas reservas en Rio Gregório, en el estado de Acre y Acapuri de Cima, en el Amazonas. De este modo, ya son ocho desde la asunción del presidente.
En ambas zonas, viven los pueblos originarios Katukina Pano, Yawanawá y Kokama, con una población estimada en alrededor de 1.000 personas, que conviven bajo amenaza de la minería ilegal y los ocupantes ilegales de tierras para cría de ganado y explotación maderera.
En ese sentido, Lula sostuvo: “No podemos permitir que la Amazonia sea escenario del crimen organizado en este país; vamos a combatir todo tipo de ilegalidad en este país para que la gente de la Amazonia pueda vivir feliz”.
Por otro lado, Brasil sufrió durante años la tala ilegal en el amazonia. Durante el gobierno de Jair Bolsonaro, la cuestión empeoró de forma profunda. El actual mandatario tiene un auspicioso plan: reducir la deforestación a cero.
El regreso del plan, elaborado durante cuatro meses con la participación de 19 ministerios, tiene como objetivo llegar a la deforestación cero dentro de siete años y para ello traza 194 líneas de actuación. No solo trata de reprimir crímenes ambientales, sino de ofrecer alternativas económicas para los millones de brasileros que viven allí.
Durante la celebración del día del Amazonia, anunciaron la reducción del 70% en la deforestación en agosto llega como consecuencia del trabajo de la Secretaría de Medio Ambiente. A pesar de las preocupaciones de los expertos por no cumplir las metas, quedó atrás luego de conocerse los números.
“Hace exactamente tres meses, aquí mismo en el Palacio de Planalto, lancé el Plan de Acción para la Prevención y Control de la Deforestación en la Amazonía Legal. Y veo con alegría que los anuncios hechos hoy ya se están desarrollando sobre este plan”, expresó Lula.