En el 2017 se aprobó el uso del cannabis medicinal en Argentina y en el último mes se reglamentó su producción. A lo largo de esos años, surgieron organizaciones que ayudan a planificar esta nueva demanda. Una de ellas es La Ronda, una asociación que brinda servicios de cultivo de cannabis medicinal y terapéutico a usuaries del Registro del Programa Cannabis (REPROCANN). Nota al Pie habló con uno de sus creadores, Juan Manuel Alari, sobre el rol de esta asociación civil.
La idea crear La Ronda surgió tras la sanción de la Ley N° 27.350, cuando sus fundadores observaron que las Organizaciones No Gubernamentales podrían ser un nexo entre cultivadores y pacientes, e incluso podrían tener cultivos propios. Esto terminó de cumplirse en abril de 2022, luego de que el Ministerio de Salud aprobó los “Rangos Permitidos de Cultivo para Organizaciones No Gubernamentales”, mediante la Resolución 782.
En ese momento, reunioneron los papeles necesarios para comenzar en Buenos Aires y montaron el primer cultivo en esa provincia. “Somos una de las primeras ONG del país que tiene la posibilidad de darle servicio de cultivo a pacientes por medio del Reprocann”, expresó Alari. Cabe destacar que en los últimos días llegaron a Bariloche para continuar con la operación.
¿Qué es La Ronda?
La Ronda es una asociación civil que surgió como “respuesta a la demanda de usuarios de cannabis medicinal”, quienes ahora pueden acceder de forma legal al autocultivo mediante el programa REPROCANN.
En este sentido, la organización ofrece servicios profesionales y seguros para el cultivo y la producción de derivados, además de promover investigaciones y proyectos relacionados con la planta. Es decir, brindan servicios de cultivo y procesamiento de plantas, y producen diversos derivados como flores secas, aceites, cremas y comestibles.
Según explicó el secretario Alari, el principal objetivo es el bienestar del ser humano. El fundador mencionó que quieren “ser un faro de información, apoyo y responsabilidad en el mundo del cannabis medicinal” y que su enfoque es holístico. A su vez, comentó que la misión de la organización es “mejorar la calidad de vida de quienes buscan alivio a través de esta planta”.
A partir de esa idea, trabajan sobre tres patas. La primera es el servicio de cultivo para pacientes a través de REPROCANN. La segunda es una pata social “para la gente que está recetada también con medicinal y no tiene los recursos para poder adquirirlo”. Y la tercera se trata de los proyectos que les socies puedan generar a futuro, sean privados o estatales. “Estamos muy abiertos a lo que los socios vayan promoviendo”, destacó Alari.
Una de las acciones que realizan dentro de la ONG, y quizás la más importante, es “vincular a cultivadores con pacientes” porque de esa manera ayudan a que sea más simple el acceso a servicios de cultivo de cannabis medicinal.
Por otro lado, para cumplir con la parte social y ayudar quienes no puedan pagar, están planificando una campaña que se llamará “uno más uno, tres”, donde cada dos socies que se sumen, uno más será subvencionado por la organización. Esos pacientes tendrán un seguimiento médico y, además, recibirán los productos que se les recetó.
Los beneficios que proponen en caso de que se asocien son: acceso a cannabis medicinal mensual; tenencia y transporte legal de cannabis (hasta 40 gramos de flores secas y/o 6 frascos de 30 ml de aceite en todo el territorio argentino); acceso a profesionales de salud; acceso a información (charlas y talleres formativos sobre temas relacionados con el cannabis, asesoramientos y consejos sobre consumo responsable); y participación en proyectos.