El Consejo Ejecutivo Nacional de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud (Fesprosa) convocó a una Jornada Nacional de Lucha. La medida de fuerza abarcará 48 horas y está programada para los días 7 y 8 de junio. La iniciativa gremial constará de paros, movilizaciones, asambleas y acciones de visualización en todo el territorio nacional.
Los reclamos
El gremio tomó la decisión en exigencia de mejoras salariales de les trabajadores sanitaries del Estado, quienes han perdido poder adquisitivo producto de la inflación.
Sin embargo, no es ese el único reclamo. Desde la entidad sindical advirtieron sobre las malas condiciones de trabajo, la precariedad laboral y objetaron la persistencia del impuesto al salario. También denunciaron la existencia de una situación “límite” que afecta a 1.700 nosocomios y 6.000 dependencias sanitarias del país.
Para conocer más detalles de la problemática, Nota al Pie dialogó con Jorge Yabkowski, secretario general del gremio.
Ustedes solicitan mejoras salariales. ¿Podría describirnos cuánto está cobrando el personal de salud actualmente y cual es el importe que reclaman desde Fesprosa?
Los salarios de los trabajadores del sector público de salud son, en promedio, los más bajos de la administración pública nacional, según datos de la Jefatura de Gabinete. Hay una enorme dispersión según territorio y según calificación.
Tenemos desde los trabajadores del Programa de Inclusión Social de San Luis que ganan menos de 100.000 pesos mensuales. Luego, los agentes sanitarios en Tucumán, Formosa y Santiago del Estero que están en el orden de los 150.000 pesos. De ahí en adelante, los profesionales universitarios arrancan entre 200.000 o 240.000 pesos de bolsillo.
Nosotros estamos reclamando para todo el sistema que el piso del salario sea el de la canasta de consumo básico, que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) fija en 320.000 pesos. Con ese objetivo damos todas las batallas, no nos conforma en absoluto la actualización inflacionaria, dado que en un contexto de hiperinflación, el deterioro del salario es alarmante.
Cuando se hacen actualizaciones en base a la inflación pasada, la inflación futura va devorando el salario hasta pulverizarlo. Sostenemos que la actualización nominal, que en algunos casos podría aparentemente igualar a la inflación, en realidad cuando se lo transforma en masa salarial anualizada, significa una pérdida neta que supera al 10%. Estos datos los brinda el Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma.
Ustedes advierten la existencia de malas condiciones laborales. ¿Podría detallar al respecto?
Los bajos salarios obligan al pluriempleo. Eso implica estrés laboral, jornadas extendidas, guardias de 24 horas y en algunos casos de 48. Muchas veces se trabaja en hospitales que no tienen las condiciones mínimas edilicias. Los sitios de descanso y comida de los profesionales de guardia no están en condiciones. Y ellos son una proporción importantísima dentro del total de trabajadores de la salud.
A eso se agrega la crisis en los insumos, tal como hoy ocurre en la provincia de Neuquén. También hay una alta demanda por parte de la población y no hay equipamiento para moderarla. Por ejemplo, muchas guardias no tienen el sistema de Triage, de selección de pacientes, para que se vaya seleccionando los casos de urgencia absoluta y urgencia relativa. En los casos de urgencias pediátricas, esa ausencia puede derivar en situaciones de violencia contra el personal.
Uno de los puntos que fundamentan sus medidas de fuerza es la persistencia del impuesto al salario. ¿Podría explicarlo?
Nosotros bregamos por la eliminación de ese impuesto. Apoyamos la iniciativa del diputado Sergio Palazzo de elevar el piso de imposición a partir de relacionarlo con una proporción multiplicada del salario mínimo y de actualización automática. Con esa fórmula, el mínimo imponible rondaría un poco más de los 900.000 pesos.
Ustedes también demandan por la falta de libertad sindical. ¿Puntualmente cuál es ese reclamo?
En Argentina no se negocia con los gremios representativos. En el Hospital Posadas los profesionales nucleados en la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP) están excluidos de la comisión permanente de interpretación de la carrera profesional.
Es a partir de ello donde se aplican el conjunto de actualizaciones de carrera, los concursos, etc. Eso ocurre por una decisión del Ministerio de Salud y Ministerio de Trabajo para negociar solo con los grandes gremios que son la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN).
Esto también ocurre en Neuquén, donde además de excluir a Fesprosa de la paritaria, se le cobra a cada trabajador el 3% del salario. Ese dinero va a parar a los bolsillos de ATE, que comanda (Carlos) Quintriqueo. Él es famoso por ser el jefe de bandas armadas que atacan violentamente a trabajadores, inclusive han tiroteado a compañeros en San Martín de los Andes.
La falta de libertad sindical hace que los gobiernos negocien con los gremios para-estatales amigos, y no con los verdaderos representantes de los trabajadores.
¿Cuál es su solicitud al respecto?
Nosotros exigimos que el fallo de la Corte Suprema, que iguala en derechos de los gremios con personería, debe cumplirse. Eso acontece en pocos lugares, tales como la provincia de Santa Cruz y La Pampa, donde Fesprosa está incorporado a las negociaciones. De ese modo, se logra representar adecuadamente a los trabajadores.
Fesprosa advierte la existencia de una crisis generalizada en el recurso humano del sector público de salud. ¿Cuáles son los componentes causales de esa situación?
Hay varias dificultades. Hay bajos salarios, hay falta de cobertura en las vacantes de residencia. Faltan estímulos económicos y de vivienda para la radicación de profesionales en lugares desfavorables como son los barrios populares y las zonas rurales alejadas.
También falta apoyo para que pueda haber trabajadores full time en el sector público y bien pagos. Si tuviéramos eso, se eliminaría a los “profesionales taxi” y el pluriempleo. Con eso bajarían las enfermedades resultado de la sobre exigencia y el estrés laboral. Hay muchos lugares donde hay vacantes en especialidades críticas que no están cubiertas. Todo eso termina en una crisis del recurso humano que es lo que estamos viendo hoy.