Alberto Fernández y Axel Kicillof encabezaron el acto de convocatoria de la licitación pública para el dragado del Canal Magdalena, en el puerto de la localidad bonaerense de Ensenada.
Se trata de una obra que conectará el sistema fluvial argentino y favorecerá la integración de puertos del país, dinamizando las exportaciones y mejorando la conectividad fluvial y marítima. Nota al Pie analiza el aspecto económico y geopolítico de la situación
Licitación del dragado del Canal Magdalena
En una primera etapa se licitará la obra de apertura, y una vez que ésta inicie será el turno del balizamiento. Quedará pendiente la selección del contratista para el mantenimiento del canal, situación que deberá resolver el próximo gobierno nacional.
En su discurso de apertura de sesiones en el Congreso Nacional el presidente había confirmado la demorada licitación del Canal Magdalena. “Esta decisión genera un polo de desarrollo para un ciudad como Ensenada”, destacó el propio Alberto en el acto realizado a orillas del Río de La Plata.
A su vez, el gobernador bonaerense explicó que el dragado del canal “significará una vía más ancha, que traerá ganancias de competitividad” para la provincia. En paralelo, el intendente Mario Secco expresó que la obra colabora para recuperar la soberanía nacional ya que “el Canal será una vía de acceso para los buques de carga que navegan por el Río de La Plata”.
Concretamente, el dragado del canal “permitirá a las embarcaciones de cabotaje realizar un recorrido completo por aguas de administración nacional en su recorrido entre puertos argentinos”, indicó el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
En la actualidad, los buques deben solicitar autorización de una autoridad marítima extranjera para transitar. El tiempo estimado de la obra será de 21 meses aunque experiencias anteriores demuestran que el plazo podría reducirse sensiblemente.
Desarrollo productivo para la provincia
El anuncio estatal se encuadra en una importante movilización de organizaciones sindicales, sociales y políticas que vienen promoviendo la iniciativa hace años. En efecto, la obra tiene un impacto de dimensiones económicas para la región.
Por un lado, permitirá unir la Argentina fluvial y marítima que actualmente está conectada de forma indirecta a partir de aguas uruguayas cercanas al Puerto de Montevideo. Por el otro, el Canal Magdalena reducirá los costos de logística y mantenimiento ya que esta vía sufre menor acumulación de sedimentos.
Dependiendo la traza definitiva, los tiempos de navegación absolutos podrán incrementarse entre un 4 y un 10% para el tráfico del norte y un 80% para el tráfico del sur.
Esta reducción de tiempos le generaría al sistema de navegación nacional entre 85 y 89 millones de dólares de ahorro anual, al igual que menores costos de cabotaje. El nuevo recorrido no sólo promoverá el ingreso de divisas sino el fortalecimiento de economías locales.
Una disputa geopolítica
“Este anuncio viene a resolver un aspecto central de nuestra soberanía que se discute desde el siglo XIX”, remarcó Kicillof. Según el gobernador, el retraso en el desarrollo del proyecto está relacionado a la resistencia que ofrecieron “poderosos intereses”.
El gobernador bonaerense también vinculó la realización de la obra con la defensa de los intereses nacionales “en el Atlántico Sur y la Antártida, consolidando la Argentina bicontinental”.
Según un informe del Centro de Economía Política (CEPA), el proyecto del Canal Magdalena es una obra de carácter estratégico capaz de “transformar la geografía económica nacional y reafirmar la soberanía sobre las vías navegables”.
Diversos analistas sugieren que la modificación de la infraestructura y logística fluvio-marítima sobre el Río de la Plata impactará directamente en la capacidad de controlar el comercio exterior.
No solo implica la discusión sobre la lógica comercial de los bienes y servicios argentinos sino la posibilidad de integrar la red de puertos nacionales, fortaleciendo la posición sobre el Atlántico Sur.
Desde las concesiones privadas a empresas transnacionales luego de la última dictadura cívico-militar, la subordinación a los intereses extranjeros se profundizó y estos actores (con su representación local) se resisten con claridad.