Les representantes de las murgas porteñas denunciaron que el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) censuró cuatro corsos de los barrios de Saavedra, Piedrabuena y Barracas que pretendían participar de los carnavales. Esto es algo que, según les afectades, no ocurría desde hace 25 años.
La directora actual de la murga Elegidos del Dios Momo y delegada de la Comisión de Carnaval porteño, Verónica Mariño, expresó a la agencia de noticias Télam que la decisión de dejar fuera de los festejos a estos corsos fue “totalmente arbitraria”, dado que no se comunicaron con las partes que conformaban la mesa de negociación.
Durante la organización del carnaval, a mediados de febrero, les dirigentes de les 12.000 murgueres de la Ciudad se enteraron que el Ministerio de Seguridad porteño sugería que las murgas de estos tres barrios no participaran de los festejos. La noticia fue comunicada mediante WhatsApp y la decisión, según indicó Mariño, se debió a recientes hechos de violencia producidos en las cercanías de los mismos.
“La excusa fue que se habían producido situaciones de violencia durante la semana en lugares cercanos a donde se iban a desarrollar los corsos días después y, por consiguiente, no podían garantizar la seguridad”, expresó.
Además, la delegada de las murgas del Circuito Carnaval Porteño señaló que tampoco les convocaron a una reunión de emergencia luego de la decisión de cerrar los corsos.
Odio a la alegría
Por su parte, el director de la murga Los Arlequines de la R, Felipe Fiscina, se refirió a la decisión de suspender tres corsos en medio del carnaval como “inédito”, algo que no ocurría desde hacía 25 años. El también delegado de la Comisión de Carnaval expresó: “Creemos que se trata de un cambio de paradigma que nos impulsa a la lucha nuevamente porque en 40 años de democracia vuelve a haber censura en los corsos”.
Desde el Gobierno porteño comunicaron que estas medidas se tomaron “en razón de haber detectado un incremento en la registración de hechos de violencia en zonas próximas a dichas locaciones”. Además, aseguraron que “se torna inconveniente la realización de eventos masivos por razones de seguridad a fin de resguardar el orden público y la integridad de los vecinos y concurrentes a los eventos de referencia”.
En ese contexto, Fiscina apuntó a Juntos por el Cambio al señalar que “están en campaña y aprovechan el momento para sensibilizar a gran parte de su electorado”, público al que, según comenta, “no le gustan las murgas como no le gusta lo popular”.
El director de los Arlequines indicó: “Hay que recordarle que el festejo de carnaval es Patrimonio Cultural de la Ciudad desde 1997 y que las murgas estamos reconocidas por ordenanza 52.039 de ese año”.
El tweet de López Murphy
Luego de que se supiera la decisión de apartar estos corsos del cronograma del carnaval, los dichos del diputado Ricardo López Murphy cobraron relevancia.
“Razones para que CABA deje de financiar a corsos: son un gasto superfluo, cortan las calles, molestan a los vecinos y, como si fuera poco, son utilizados para bajar línea política kirchnerista. Basta de financiar tonterías. P.D: no fueron 30.000.”, escribió el funcionario en su cuenta oficial de Twitter.
La publicación del diputado hace referencia a un espectáculo de Los Fantoches de Villa Urquiza, murga conocida por su Oda a Perón, la reivindicación a Evita, a Néstor Kirchner y Cristina Fernández, y a las 30.000 personas desaparecidas durante la última dictadura cívico-militar. También hacen mención a las 44 víctimas del hundimiento del ARA San Juan.
Estos dichos en los que se habla de “recortar el gasto superfluo”, sumado a las acciones de censura de las murgas, pertenecen a lo que Mariño y Fiscina entienden como “parte de una campaña sucia”.
Por su lado, el director de Los Fantoches de Villa Urquiza, Ángel Fontana, enfatizó en que “es una canción que tiene 70 años. Alberto Marino la grabó en 1947 y nosotros la cantamos desde hace 10 años. No hay nada nuevo”.
Además, agregó que hacen una crítica “picaresca” y que “cada cual tiene su ideología”. Al respecto, Fontana expresó: “Nosotros somos peronistas. Salimos con la murga desde 1933. Yo empecé a los 4 años y ahora tengo 65. Cuatro generaciones de murgueros”.