Alicia Zorrilla es la presidenta de la Academia Argentina de Letras. El pasado 3 de octubre, salió a la venta su nuevo libro “¡¿Por las dudas…?!”, el cual realiza una recopilación de las dudas y errores más frecuentes que se cometen en el uso de la lengua. Entre ellos, incluyó al lenguaje inclusivo.
Así lo confirmó en declaraciones a diferentes medios de comunicación. “El lenguaje inclusivo es una manipulación del lenguaje hecha por una minoría que condena la invisibilidad femenina”, definió ante Infobae. “No existe el lenguaje inclusivo”, completó.
Zorrilla concedió que lo más importante es reconocer que hay diversidad sexual, el respeto entre todas las personas y saber entenderse a través de la palabra. Pero remató: “La lengua española tiene una historia milenaria. No se la puede reinventar de la noche a la mañana. Un cambio lingüístico dura más de cien años”.
También ofreció otro punto de vista ante la agencia de comunicación Télam. Opinó que el llamado masculino genérico o masculino gramatical no solo contiene el género masculino y el género femenino; sino también a todos los seres humanos, sea cual fuere su inclinación sexual.
“Por eso, prefiero llamarlo ‘masculino inclusivo’”, afirmó. “Sin duda, no significa predominio social del hombre ni invisibilidad de la mujer. Si decimos la ‘Cámara de Diputados’, nos referimos a todos los que la conforman. Nadie pensará que solo los hombres están presentes. Por eso, tengo la convicción de que una lengua que interrelaciona nunca excluye”.
Lo que no se nombra no existe
La e, la x, el @, todos y todas: son diferentes las formas en las que en Argentina (y otros países de habla hispana) se intenta reflejar a todas las identidades de género al hablar. Más allá de la opinión de les detractores, diferentes organismos internacionales toman al lenguaje inclusivo como elemento necesario.
Las Naciones Unidas lo definen en su página web como una “manera de expresarse oralmente y por escrito sin discriminar a un sexo, género social o identidad de género en particular y sin perpetuar estereotipos de género”.
Por su parte, en el sitio online del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se explica su condición histórica. Afirma que el uso del lenguaje es un reflejo de las prácticas culturales y sociales del contexto social.
De esta forma, concluye: “Los productos lingüísticos heredados de prácticas sociales arcaicas tienen la capacidad de limitar las concepciones humanas en determinados temas”.
En cuanto al género, condiciona el papel de la mujer y antepone una visión heteropatriarcal y heterosexista de la vida en sociedad. “Aun con los avances en igualdad de género alcanzados (…) persiste el uso habitual del lenguaje sexista en la vida cotidiana de las personas”, sostiene.
Existen muchas discusiones en lo que se refiere a esta forma de expresión. Una es la que prefiere el nombre de “lenguaje no sexista y/o no binario” antes que “inclusivo”. Así, especificar aún más la problemática sobre desigualdades de género.
Tips para hablar y escribir sin condiciones de género
En su entrevista con el medio Télam, Alicia Zorrilla afirmó: “Por ponerles la ‘e’ a todas las palabras, hasta la incluyen en verbos y adverbios que carecen de género (Nosotres te queremes muche). Así no se condena la invisibilidad de la mujer”.
Ante estos posibles errores y críticas, les especialistas en el tema recomiendan cómo incluir el lenguaje no sexista en la vida cotidiana. Los ítems son muchos, pero en Nota al Pie incluiremos solo algunos que comparten las Naciones Unidas y pueden ser fáciles de incorporar.
- No visibilizar el género cuando no lo exija la situación comunicativa: se logra al omitir el determinante ante sustantivos comunes en cuanto al género (en vez de decir “Acudieron algunos periodistas”, afirmar “Acudieron periodistas”). También, al utilizar un sustantivo colectivo (“la juventud” en lugar de “los jóvenes”).
- Evitar expresiones discriminatorias: eludir expresiones con una connotación negativa que nace en la concepción estereotipada de las características de los géneros. Por ejemplo: “los hombres no lloran” o “se porta como una nena”.