Tras el intento de magnicidio a la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, y el feriado nacional decretado por el presidente Alberto Fernández, en la escena pública tomó protagonismo el análisis sobre la violencia como una forma de hacer política en la Argentina.
Según declaró el mandatario, la intención del feriado fue que el pueblo argentino pueda manifestarse “en defensa de la vida, de la democracia y en solidaridad con nuestra vicepresidenta”.
A su vez, Fernández calificó al atentado del pasado jueves como el hecho más grave de la historia nacional desde el regreso de la democracia. Sin embargo, la violencia como parte de la política tiene orígenes remotos que han conducido a acontecimientos similares.
Cabe recordar el intento de asesinato, en 1991, al entonces presidente de la Nación, Raul Alfonsín. En ese momento, el atacante erró el disparo ya que, para suerte del dirigente radical, su custodio actuó de manera rápida.
En este marco, Nota al Pie dialogó con el analista político Gustavo Damián González, quien se expresó sobre la actualidad argentina y cómo ve el manejo de les líderes de la política.
Una política y polítiques preocupantes
Según explicó el politólogo, la política argentina se caracteriza por un sistema de “antinomias” que comenzó en la época de la famosa Revolución de Mayo. Durante el suceso de 1810 se produjo el enfrentamiento entre morenistas, con Mariano Moreno a la cabeza, y saavedristas, a cargo de Cornelio Saavedra. Esto generó el exilio de algunos civiles y el fallecimiento de otros.
Más adelante en la historia se sumó el enfrentamiento entre Unitarios y Federales. “Luego la causa contra el régimen dando con el peronismo y el antiperonismo, así que llevamos siglos donde las antinomias forman parte de la manera de hacer política”, explicó González.
Al referirse a la recuperación de la democracia, agregó: “Pareciera como si hubiésemos aprendido, ya que tanto Alfonsín como Menem, no usaron esa antinomia con el opositor, incluso, ambos invitaron en sus presidencias a otros dirigentes de la oposición a formar parte del gobierno”.
Sin embargo, según el analista, “cuando llega el kirchnerismo con poca legitimidad, la formación de la misma tuvo que ver con recrear nuevamente las antinomias, junto con esta idea de amigo y enemigo”.
Desconocimiento entre oficialismo y oposición
A raíz de esta idea de “amigo y enemigo”, quienes comenzaron a votar al movimiento nacional y popular eran parte del pueblo; en tanto, el resto eran oligarcas, antipueblo, entre otros. Por el lado de la oposición, González opinó que quienes “votan al oficialismo son quienes tienen planes sociales o porque están acostumbrados a la demagogia”.
Asimismo, es allí donde surge la “falta de diálogo” político y un desconocimiento total entre el oficialismo y la oposición. En este sentido, el analista reocordó: “Cuando la presidente (Cristina Fernández de Kirchner) termina su mandato, no le entrega la banda presidencial al mandatario entrante (Mauricio Macri); es entonces que la falta de diálogo en la política es síntoma de que justamente no hay política”.
Sin ir más lejos, la política es el recurso de les dirigentes para saldar las diferencias de manera pacífica y no terminar en la guerra. “Siempre los pueblos buscan líderes carismáticos, más que nada en tiempo de crisis, donde consideran que una persona los puede salvar, como una manera de delegar responsabilidad y no como un proyecto colectivo”, explicó Gustavo Damián González.