Una vez más, la gestión Pro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) ha demostrado sus falencias a la hora de completar satisfactoriamente el cupo laboral docente. Desde los gremios docentes aseguraron que es un intento por privatizar la educación, por eso hay poca voluntad política para cubrir los puestos vacantes en las escuelas porteñas.
La crisis aplica a todos los niveles educativos y según el sitio web de Acto Público de CABA, hay un promedio diario de 450 vacantes de docentes que no se cubren. Son espacios sin ningún pedagogo al frente. Esta idea se reforzó en el nivel primario, donde les suplentes o provisionales deben esperar entre 3 y 4 meses para recibir sus sueldos.
Este último punto es una limitación para quienes toman los cursos de manera interina. Debido a que suelen quedarse pocos días a cargo para buscar una mejor oportunidad. En diálogo con el medio Tiempo Argentino, varies padres y madres estuvieron de acuerdo en que varias “seños” se fueron días después de llegar. Además, afirmaron que pasaron más de 5 maestras por las aulas de sus hijes.
Ruptura en la continuidad educativa
En algunos casos les padres crearon estrategias para retener a las docentes. Por ejemplo, recolectar dinero en “vaquitas” para poder pagarles el sueldo hasta que el Gobierno de la Ciudad se responsabilice por los mismos. En otros casos, desde las administraciones trataron de hacer lo mismo, así como otorgarle más participación a las señoritas, entre otras motivaciones.
La alta rotación de docentes confluye y afecta la continuidad pedagógica de les estudiantes. Si se sigue la lógica, no será el mismo recorrido para un grado con una titular fija, que uno en el cual pasaron más de ocho maestras en el primer semestre del año. No hay forma de encajar las perspectivas y maneras de enseñar de todas esas personas, lo que produce que se pierda el entusiasmo.
La educación pública en la Ciudad, a flote
Luego de la salida de quien fuera jefe de Gobierno porteño por más de 5 años, Mauricio Macri, el mandato quedó a cargo de Horacio Rodríguez Larreta. Desde entonces se desencadenaron una serie de medidas y decisiones políticas contradictorias. En octubre de 2015 la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) denunció que desde el Gobierno de CABA, no querían dar continuidad a les Docentes Itinerantes.
El cargo se había conformado en 2013 y permitía que las escuelas pudieran cubrir distintos grados ante la falta de personal. Se entiende como Docente Itinerante a aquellas personas que van a cada domicilio para acercar los contenidos y dar clases a les estudiantes. Este método fue muy utilizado durante la pandemia como forma de llegar a los lugares donde no había internet.
El Gobierno dio un paso al costado
El Gobierno porteño cada vez se hace menos presente en estas situaciones. Así quedó plasmado en la última modificación de la Resolución Nº 4776/MEGC/06, su artículo 94, la cual determina que los directivos deben “garantizar la continuidad del servicio educativo ante eventuales licencias o inasistencias (…) En ningún supuesto podrá dividirse la conformación habitual del grado, repartiendo la cantidad de alumnos/alumnas en otras secciones”.
La modificación fue firmada por la actual ministra de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, en 2019. Desde las direcciones escolares se mostraron inconformes ya que no pueden cumplir con dicho artículo por la falta de docentes y deben dividir los grados o suspender las clases. La tensión en la relación entre Acuña y el personal docente fue en aumento.
Además los últimos dichos de la ministra de Educación en relación al aumento de 3100 cargos docentes fueron negados por todos los gremios competentes. Por el contrario, afirmaron que desde el Ministerio buscan sumar horas y contraturnos sin nuevos cargos. También afirmaron que en CABA hay unos 35 mil docentes sin titularizar, y muchas de las materias sin clases son idioma extranjero, artes y matemáticas.