Dos de los grandes oferentes del mercado de ventas de electrodomésticos permanecen en crisis. Se trata de las famosas cadenas Garbarino, con 69 años de existencia y Ribeiro, fundada hace 110 años.
Además del cierre de muchos de sus locales, Garbarino, suspendió su sitio de comercio electrónico. A pesar de que buscó socios para capitalizar su compañía y mantenerse operativa, la situación de esta empresa no parece mejorar.
Garbarino posee una deuda de 12 mil millones de pesos, que se distribuye entre un grupo de bancos y de sus empresas proveedoras. La caída del poder adquisitivo y las altas tasas de interés para la financiación de sus productos influyeron en la crisis de esta institución comercial.
Antecedentes inmediatos
La empresa, en conjunto con sus accionistas, creó el proyecto conocido como Compumundo en el año 1996. Su famoso primer local comercial tuvo lugar en la calle Cabildo 2061, de la Capital Federal.
En junio de 2020, la cadena de electrodomésticos pasó a manos del empresario Carlos Rosales, presidente de la compañía aseguradora Prof. Cuando se realizó la transferencia, la empresa contaba con 200 locales y más de 4000 empleados. Actualmente, quedan menos de 3500 empleados y una menor cantidad de locales.
Desde la fecha de la venta de Garbarino a Rosales, el nuevo dueño no abonó aportes patronales desde ese año. Además, quedó debiendo sueldos, aguinaldos y bonos a todo el personal de la empresa.
La transferencia de acciones a Rosales incluía un acuerdo de pago de salarios atrasados y una inversión de $2.000 millones en un período de 18 a 24 meses.
La famosa cadena de electrodomésticos tiene una deuda calculada en $12.000 millones: $5.000 millones del pasivo que contrajo con dos bancos comerciales y $7.000 millones a proveedores. Según datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA) Garbarino tuvo cheques rechazados por 29 millones de dólares en tan sólo 15 meses
Una vez que la empresa fue adquirida por Rosales, el plan de reactivación que planeó el empresario volvió a complicarse. Desde un comunicado corporativo aseguraron que una caída de las de ventas del 50%, se dieron en el contexto del marco de la pandemia del Covid-19.
Escenario reciente
En este escenario, durante agosto del 2021, trabajadores de los sindicatos de Camioneros y de Comercio (OSECAC) se manifestaron frente a las oficinas de la empresa Garbarino para reclamar el pago de sueldos y aguinaldos adeudados.
Luego de un intento fallido de transferencia de activos al empresario, Facundo Prado, quien pretendía quedarse con todo el paquete accionario, Garbarino, quedó en manos de sus principales bancos acreedores, Santander y Galicia. Ambas entidades pretenden buscar algún comprador para la empresa.
Cabe destacar que uno de los malestares que transmiten los trabajadores de la empresa es la anuencia del Secretario General del Sindicato de la Obra Social de Empleados de Comercio (OSECAC), Armando Cavalieri, en la venta a Carlos Rosales.
Les trabajadores del sector se sintieron desprotegidos cuando la empresa se transfirió a dicho empresario quién incumplió los acuerdos salariales acordados con los empleados de Garbarino.