El pasado lunes 12 un conjunto de agrupaciones marcharon en contra de la encarcelación de Jorge Daniel López por un robo en La Plata. Denunciaron que se trata de una causa armada por la Dirección Distrital de Investigaciones (DDI) de dicha ciudad.
Jorge López estaba regresando del médico cuando fue sorprendido en su casa por un allanamiento y miembros de la policía que lo acusaban de haber cometido un robo. Durante el operativo, según relató Sandra Elena Furio, Coordinadora del Programa Nacional de Lucha Contra la Impunidad para ANRed, “en un momento, Jorge ve que un policía va hasta el coche y se pone algo en el bolsillo. Cuando protesta, lo obligan a callarse. Al rato le plantan dos o tres chucherías de ínfimo valor”.
Sumado a esto, la tarjeta SUBE y una planilla firmada por el médico para cada sesión testifican que López no estaba en el lugar del robo cuando el mismo ocurrió.
Esta problemática debe ser tratada con urgencia, ya que él es el único sostén económico en su familia. Trabajaba en un taller mecánico desde hace 5 años, cuando arribó a la ciudad, debido a que el mismo es proveniente de Jujuy.
El problema de las causas armadas
Hay un gran historial de casos que manifiestan que el delito de las causas armadas se realiza de manera sistemática. Uno de los casos más emblemáticos es el de Oscar “Cali” Machado, quien fue acusado por robo en el 2014. A pesar de no tener antecedentes penales, permaneció dos años en prisión preventiva a la espera de un juicio oral.
A fines del 2014, tres jóvenes robaron un auto a una mujer cuando entraba a su casa en el partido de San Martín. La policía fue alertada de esta situación, y rápidamente se inició una persecución. Finalmente les oficiales se encontraron con Machado, lo detuvieron sin justificación y lo llevaron a la comisaría. Allí, trataron de convencer a las víctimas que se trataba de une de les ladrones.
Luego de un proceso plagado de irregularidades, finalmente quedó demostrado que se trataba de una causa armada.
Este es otro ejemplo de cómo operan los armados de causa, que muchas veces también cuenta con la complicidad del poder judicial.