La revista científica European Journal of Internal Medicine publicó un artículo en el cual investigadores destacaron que los pacientes que contraen Covid-19 y sufren de obesidad tienen más posibilidades de un cuadro severo y complicaciones que derivan en la muerte.
La obesidad es considerada como factor de riesgo y perjudica tanto a jóvenes como ancianos, hay evidencia científica de que las personas carentes de nutrientes son más propensas a mutaciones del virus lo cual lo vuelve impredecible.
La nutricionista, Carla Prado explicó que “una alimentación variada, completa y equilibrada nos asegura un correcto aporte de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas, grasas saludables), vitaminas y minerales, para el buen funcionamiento de nuestro organismo”.
Además, detalló que “estas personas poseen menos riesgo de presentar enfermedades y de padecer complicaciones en caso de infección de COVID-19, ya que su sistema inmunológico se encuentra fortalecido”.
¿Qué es la obesidad y el sobrepeso?
Según la Organización Mundial de la Salud, es una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
Esta y se mide con el índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla; y se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).
Los parámetros son los siguientes, el sobrepeso es: IMC igual o superior a 25, y la obesidad es: IMC igual o superior a 30.
Por su parte, la nutricionista Claudia Retamoso prefiere definirló como “el exceso de energía, es decir, estás incluyendo más calorías de lo que tu cuerpo necesita o estás gastando actualmente”, ya que muchas personas al enterarse del pronóstico tienen problemas de autoestima.
¿Qué problemas conlleva?
Para empezar hay problemas comunes en personas con esta enfermedad algunas son presión arterial alta, diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, disminución de la capacidad respiratoria.
El Covid-19 afecta al sistema respiratorio por disminución del volumen de reserva respiratoria, resistencia al flujo aéreo y dificultades de movilización de la caja torácica; claramente se disminuye la capacidad de respuesta y propicia el empeoramiento de la enfermedad.
¿Cómo se podría evitar llegar al grado de obesidad y sedentarismo?
El profesor Daniel Meaglia y coordinador Integral del Centro Terapéutico Ravenna relató cual es la relación entre ambos conceptos “en Argentina de cada 10 personas se mueven 3, de las cuales 2 son deportistas y 1 es el que pudo romper el sedentarismo” es muy bajo el índice de personas que realizan actividades físicas».
Asimismo, remarcó que «lo cual requiere una constancia en el ejercicio y es uno de los pilares para mantener o mejorar la calidad de vida, el ejercicio adaptado al estado y la posibilidad de cada persona y tener en cuenta la calidad y no la cantidad”.
Por otra parte, el preparador físico Juan Fernando Vilches Antao, comentó que la actividad física “mejora el sistema inmunológico, da fuerza muscular que sostiene a las articulaciones, favorece al sistema cardiopulmonar”.
Para llevar una alimentación adecuada se debe:
- Aumentar el consumo de frutas y verduras., tratando de alcanzar las cinco porciones diarias( Éstas contienen vitaminas A y C, minerales y antioxidantes).
- Aumentar el consumo de legumbres y cereales integrales, disminuyendo el consumo de harinas refinadas y alimentos procesado y ultraprocesados (panificados, galletas, snacks, cereales azucarados, etc)
- Incorporar en lo posible frutos secos, aceite de oliva y semillas. Estas últimas se pueden agregar en ensaladas, preparaciones dulces como tortas y budines, en masas saladas, en batidos y yogures, entre otros.
- No abusar del consumo de carnes. Elegir cortes magros, quitándole la grasa visible. Aumentar la frecuencia semanal de pescados (como atún/merluza/brótola, entre otros), que aportan gran cantidad de ácidos grasos omega 3.
- Consuma al menos tres porciones diarias de lácteos, preferentemente bajos en grasas o descremados (leche/yogur/quesos). Aportan calcio, zinc, minerales y vitaminas A y D.
- Hidratarse bien. Beber al menos 8 vasos de agua segura al día.