Ingresar al «Naismith Memorial Basketball Hall of Fame» de la NBA no es para cualquiera. Considerado el mayor logro que un basquetbolista puede conseguir a nivel individual, el prestigio de estar en él es incomparable dentro del mundo del básquet. Allí están los mejores de la historia, solo 167 jugadores lograron este hito, además de 95 entrenadores, 61 colaboradores, 14 árbitros y 10 equipos.
Para ingresar debe haber tenido una gran carrera en la NBA. Es decir, un mínimo de años, un mínimo de veces All Star, haber hecho buenas estadísticas. En general, haber sido un buen jugador sin importar los premios individuales o los campeonatos ganados. Una vez cumplidos los requisitos, el procedimiento implica enviar una carta de admisión a nueve jueces; es tarea de estos considerar si el jugador debe formar parte del Salón de la Fama.
Emanuel Ginóbili cumple con casi todos los casilleros para meterse entre los mejores de la historia: 16 temporadas en la NBA, la camiseta número 20 de los San Antonio Spurs que fue suprimida después de su retiro, cuatro títulos con el equipo texano (2003, 2005, 2007 y 2014), dos participaciones en el juego de estrellas y galardonado como el mejor “sexto hombre” de la liga (es decir el primer mejor suplente).
Si bien la noticia no es oficial, en el país norteamericano lo dan como un hecho. El bahiense conquistó 18 votos de los 24 integrantes del Comité de los Estados Unidos del Salón de la Fama. La primicia fue dada días atrás por el periodista Shams Charania.
El bahiense se retiró el 27 de agosto de 2018. En sus años gloriosos dejó un legado como emblema de la Generación Dorada en la Selección Argentina al conquistar 9 medallas; entre ellas la del campeonato olímpico de Atenas 2004 y el subcampeonato del mundo de Indianápolis 2002. En la siguiente edición olímpica, en Beijing 2008, volvió a subirse al podio y se colgó la presea de bronce.
La carrera Ginóbili en la NBA
La estadía del bahiense en la mejor liga del mundo, fue de menor a mayor. Es muy probable que no veamos a otro argentino triunfar de esta manera allí, es por esto que se lo considera el mejor basquetbolista de la historia de nuestro país. Arribó en 2002 a los San Antonio Spurs, luego de un paso por Italia de cuatro años, desde ese momento nunca más se sacó la camiseta del equipo texano, hasta su retiro en 2018.
Tim Duncan, Toni Parker y Manu Ginóbili fueron los tres mosqueteros de la época dorada de la franquicia texana. Guiados por el entrenador con más victorias en la historia de la NBA, Gregg Popovich, consiguieron tres títulos conformando un tridente para la historia. Próximamente Ginóbili se unirá a sus dos ex compañeros en el codiciado Salón de la Fama.
El primer año no fue fácil para Manu, durante la temporada regular las lesiones y el ritmo de juego lo complicaron, pero paulatinamente pudo adaptarse. Tal es así que en los playoffs de ese año se convirtió en una pieza clave. Su aterrizaje desde el banco de suplentes supo ayudar a San Antonio a conseguir su segundo título en la historia, venciendo a los New Jersey Nets.
En la temporada 04/05 llegó la mejor del bahiense. Fue elegido para el juego de estrellas y marcó su récord con 48 puntos. Además, se transformó en una pieza fundamental para conseguir el tercer título de la franquicia tras vencer a los Detroit Pistons, aportando 23 puntos en el juego decisivo.
En el 2007, además de repetir título tras aplastar al Cleveland Cavaliers de un joven LeBron James, fue una gran temporada para el bahiense en cuanto a números, incluso igualando la campaña 04/05. Este título marcó un hito para el deporte argentino porque en el equipo también había otro coterráneo, Fabricio Oberto.
Por último, la frutilla del postre fue el campeonato de 2014 ante Miami Heat, cuando dominaron la serie de principio a fin, ganando el último título colectivo del oriundo de Bahía.