La finalidad de la Semana Internacional Sin Pesticidas es generar conciencia acerca de la nocividad de los pesticidas químicos para la salud y el ambiente. Sin embargo, esta semana también pretende promover soluciones alternativas, como la agroecología.
Al respecto, en diálogo con Nota al Pie, la periodista especializada en Ambiente, Karina Alice, sostuvo: “Es fundamental para informarle al consumidor que los alimentos que tiene en su mesa son alimentos con residuos tóxicos. Y que existe otra manera más saludable, que es la agroecología”.
Consultada acerca de cómo es la situación de los agroquímicos (o agrotóxicos, como también los llaman desde los sectores de la agroecología) en Argentina, la periodista aseguró que esta modalidad se disparó con la introducción del cultivo de la soja transgénica en el año 1996, donde además se implementó el paquete tecnológico y el uso del glifosato.
De esta manera, Argentina se convirtió en el país con la mayor tasa de aplicación por persona del mundo, con un equivalente de 12 litros por persona por año. Pero esto no afecta solo a quienes viven en áreas rurales donde las fumigaciones son recurrentes, sino que también a quienes se encuentran en las ciudades y consumen los alimentos influenciados por estos químicos. Respecto a las frutas y verduras, por ejemplo, según un relevamiento del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) en 2019 fueron encontrados 80 agrotóxicos en estos alimentos, de los cuales 49% son cancerígenos y 47% no están autorizados en Europa.
Agroecología en Argentina: otro modelo es posible
Argentina es parte de cuatro convenios internacionales que regulan la producción, comercialización, producción y utilización de sustancias tóxicas, incluyendo los agroquímicos. Sin embargo, no existe una ley unificada que establezca presupuestos mínimos ambientales para la aplicación de dichas sustancias. Como consecuencia del escaso control y la poca información acerca de estos métodos de producción agropecuaria, los agrotóxicos están presentes en el aire, en el agua y en los alimentos, afectando tanto la salud de productores, trabajadores y comunidades rurales, como la de todes les que viven en el ambiente en general.
Ante este problema, la agroecología es propuesta como una alternativa que, además de representar una solución ambiental, también pretende favorecer a productores y consumidores. Según especifica Karina Alice, la agroecología “es un modelo que se puede implementar para poder cambiar y realmente empezar a tener una mayor calidad de vida y salud en los alimentos”. Asimismo, Alice señala que entre el modelo agroecológico y la agricultura tradicional reside una gran diferencia basada en que la primera utiliza productos naturales.
“La agroecología lo que hace es tener prácticas de un manejo productivo que plantea la biodiversidad y promueve la vida del suelo con controles naturales”, destacó. Por último, la periodista ambientalista explicó que “es un mito decir que la agroecología no puede producir alimento en gran volumen, porque el hombre es la única especie que contamina sus alimentos”.
“Es alarmante el cóctel de residuos tóxicos que llegan a los alimentos, estos productos se acumulan en el organismo, las estadísticas de la Universidad de la Plata muestran que 4 de 10 productos tienen pesticidas químicos glifosato, por eso es importante dar a conocer a los consumidores otra alternativa, la agroecología promueve la fertilidad de suelos, espacios productivos, economía local, aportando tecnología natural a los alimentos”, sostuvo Karina Alice. E indicó que el problema de la falta de alimentos en el mundo “deriva de un mal manejo de política distributiva”.
Las infancias, el sector más afectado
En diciembre del 2021, se impulsó la campaña Basta de Venenos, en la que se presentaban testimonios de personas -entre ellas personalidades destacadas de diversas aéreas- que convivían con los agroquímicos en su cuerpo. «Hace unas semanas me detectaron glisfosato en la orina, y mi hijo de cuatro años también está ingiriendo este agrotóxico a través de la leche materna», relataba Jimena Martínez, oriunda de Campana, provincia de Buenos Aires. Sin embargo, el caso de esta madre que transmite las sustancias a su hije no es un hecho aislado. Incluso, una de las mayores inconvenientes que trae el uso de agroquímicos es la afectación a temprana edad en la salud de les niñes, produciéndoles enfermedades y deformaciones.
Sobre esto no había mucha información hasta que la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) en el año 2021, publicó la guía Efecto de los Agrotóxicos en la Salud Infantil. El objetivo era concientizar a les trabajadores de la salud infantil acerca del abordaje a las enfermedades asociadas a los millones de litros de herbicidas, insecticidas y fungicidas que se utilizan en el país por año. El documento elaborado por un equipo multidisciplinario integrado por médiques, investigadores y científiques, denunciaba que los niños presentan una vulnerabilidad particular y que, sumado a lo restringido de su dieta, hace que en los primeros cinco años de vida, acumulen el 50% de la exposición a plaguicidas, que recibirá en toda su vida.
Además, entre los padecimientos más recurrentes en las infancias, el documento menciona: cáncer, disrupción endocrina, enfermedades neurodegenerativas, trastorno del neurodesarrollo infantil, malformaciones congénitas, tumores cerebrales, disfunciones del sistema nervioso central, autismo, trastornos de conducta, leucemia, hipotiroidismo, asma bronquial, trastornos reproductivos.