
El traspié electoral de Fuerza Patria en la provincia de Buenos Aires dejó al gobernador Axel Kicillof en el centro de la escena política. Aunque el oficialismo libertario se impuso por apenas medio punto, el mandatario bonaerense logró conservar su bloque de diputados y consolidar su rol como referente de la oposición.
En su discurso, Kicillof destacó la importancia de “defender al pueblo ante el ajuste y la entrega”, y remarcó que “se equivoca Milei si cree que el pueblo argentino convalida su modelo de miseria planificada”.
Críticas al modelo libertario
El gobernador bonaerense fue tajante al cuestionar el rumbo económico del presidente Javier Milei. “Ni el Gobierno norteamericano ni JP Morgan vienen a ayudar a la Argentina; vienen a hacer negocios y a poner en riesgo nuestros recursos”, advirtió, en referencia a la reciente visita del mandatario nacional a Washington.
Kicillof señaló además que el oficialismo “intenta imponer un relato de éxito mientras crece el desempleo, la pobreza y la desigualdad”, y subrayó que “se gobierna para los mercados, no para la gente”.
Unidad y reconstrucción del peronismo
En un escenario donde Milei busca concentrar poder, Kicillof llamó a fortalecer la unidad del campo popular junto a Sergio Massa, Máximo Kirchner y Juan Grabois.
“El futuro no es de Milei, el futuro es del pueblo”, afirmó ante una multitud que acompañó el acto en La Plata.
El gobernador pidió construir una alternativa sólida, capaz de “defender la producción nacional, la educación pública y los derechos laborales”, pilares que —según afirmó— “el actual Gobierno pretende destruir”.
Entre el revés y la resiliencia
Aunque la derrota electoral significó un golpe político, el gobernador recordó que Fuerza Patria obtuvo más del 40% de los votos, el mejor resultado legislativo del peronismo en los últimos veinte años.
Kicillof insistió en que “el voto opositor no fue un cheque en blanco para el ajuste”, y planteó que la tarea del peronismo será “cuidar a los que sufren y demostrar que otro modelo de país es posible”.
El mensaje final: una patria que no se vende
Entre cánticos de “la patria no se vende”, el gobernador cerró con un mensaje de esperanza y soberanía popular. “Podrán tener los votos de hoy, pero no tienen el corazón del pueblo argentino”, sostuvo.
La escena en La Plata reflejó más que una derrota: fue el inicio de una nueva etapa de resistencia y reconstrucción del movimiento nacional y popular frente al avance del modelo libertario.

