
Intimidación. Esa es la palabra que mejor define lo ocurrido este martes por la noche cuando Santiago Caputo, asesor presidencial sin cargo formal pero con creciente protagonismo político, increpó y fotografió la credencial del reportero gráfico Antonio Becerra, de Tiempo Argentino, durante la cobertura del debate entre candidatos a legisladores porteños en el Canal de la Ciudad.
El hecho ocurrió antes del inicio del evento, cuando Caputo —escoltado por custodios y sin brindar declaraciones a la prensa— reaccionó con hostilidad al notar que Becerra le estaba tomando fotografías, a pesar de que el fotógrafo se encontraba debidamente acreditado.
“Vos sos un desubicado”: el momento de la amenaza
Según relató el propio Becerra, Caputo lo miró con enojo, le exigió que dejara de sacar fotos, y acto seguido le arrancó la credencial del cuello, la revisó y le sacó varias fotos con su celular. Antes de irse, lo increpó con un “Vos sos un desubicado”.
Este acto, además de representar un claro intento de intimidación, implica una violación directa a la libertad de expresión y al ejercicio profesional del periodismo. Caputo no explicó el motivo de su accionar ni por qué fotografió los datos personales del trabajador de prensa.
Antecedentes: un patrón de hostilidad hacia la prensa
No es la primera vez que Caputo protagoniza hechos polémicos vinculados al hostigamiento y control de la prensa. En febrero pasado, interrumpió abruptamente una entrevista televisiva de Javier Milei, y semanas después increpó en el Congreso al diputado Facundo Manes tras un cruce con el Presidente.
Incluso en la noche anterior al debate, tras participar en una cena con Mauricio Macri y otros dirigentes, Caputo se negó a responder preguntas y pidió que no lo filmen. Este comportamiento hostil parece no ser una excepción, sino parte de una estrategia oficial que cuestiona, desprestigia y agrede a los medios de comunicación.
El respaldo presidencial y el ataque a periodistas
Mientras Caputo protagoniza estos hechos, Javier Milei refuerza el discurso oficial contra la prensa. Este mismo martes, volvió a publicar en su cuenta de X un mensaje donde afirmó que los periodistas “no odian lo suficiente a la mentira” y que “el 90% del periodismo miente de forma descarada”.
Lejos de promover la transparencia y el respeto a la prensa libre, el Gobierno suma con estos actos un nuevo capítulo a su escalada de violencia simbólica y directa contra quienes ejercen el periodismo en Argentina.