
La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos manifestó su “profunda preocupación” por la macrooperación policial llevada a cabo en Río de Janeiro, que dejó un saldo de 64 personas muertas, en lo que se considera la acción más letal en la historia reciente de la ciudad.
A través de su cuenta oficial en X, el organismo que dirige Volker Türk señaló: “Recordamos a las autoridades sus obligaciones ante el derecho internacional, y urgimos a que se conduzcan investigaciones de forma pronta y efectiva”.
La ONU advirtió además que esta masacre “sigue una tendencia de violentas operaciones policiales contra comunidades marginales de Brasil”, lo que genera alarma por posibles abusos de poder y violaciones a los derechos humanos.
Una operación sin precedentes en Río
El operativo, que tuvo lugar el martes, involucró a 2.500 agentes y formó parte de la llamada Operación Contención, impulsada por el gobierno del estado de Río de Janeiro para combatir al crimen organizado.
Durante la redada, las fuerzas de seguridad ejecutaron más de 100 órdenes de arresto contra integrantes del Comando Vermelho (Comando Rojo), una de las organizaciones criminales más antiguas y poderosas de Brasil, nacida en la década de 1970.
De acuerdo con el balance oficial, entre los muertos se contabilizan 60 presuntos delincuentes y cuatro agentes de seguridad. Además, al menos ocho policías y tres civiles resultaron heridos en los enfrentamientos

Violencia estructural y crisis de derechos humanos
Los complejos de favelas de Alemão y Penha, situados en la zona norte de Río, fueron los principales escenarios del operativo. Testimonios de vecinos y organizaciones sociales denunciaron tiroteos prolongados, allanamientos sin orden judicial y uso excesivo de la fuerza.
La operación reaviva el debate sobre el uso de la violencia institucional en Brasil y la falta de políticas públicas efectivas para atender la inseguridad estructural.
Diversos organismos internacionales y ONGs locales reclamaron una investigación independiente y transparente para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades.
Un patrón que preocupa a la comunidad internacional
La ONU recordó que Brasil registra un historial de operaciones policiales con alto número de víctimas, especialmente en comunidades empobrecidas y racializadas.
En años anteriores, organismos internacionales ya habían advertido sobre el uso desproporcionado de la fuerza y la impunidad en las acciones de seguridad en Río de Janeiro.
La Oficina de Derechos Humanos insistió en la necesidad de “garantizar justicia, reparación a las víctimas y respeto por la vida”, subrayando que “la seguridad no puede lograrse a costa de los derechos humanos”.

