
«Los enfrentamientos se han intensificado entre Hamás y grupos armados afiliados, así como entre grupos y familias rivales», afirma el ACNUDH para los territorios palestinos. Créditos: Omar Ashtawy/APA Images/SIPA/picture alliance
A pesar de la tregua acordada entre Israel y Hamás, la violencia continúa golpeando a la población civil en Gaza. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) denunció este miércoles 15 de octubre “informes crecientes de ejecuciones extrajudiciales” cometidas por Hamás y “asesinatos de civiles” perpetrados por el Ejército israelí.
El comunicado del organismo, difundido desde el Territorio Palestino Ocupado, advierte que ambas partes estarían incurriendo en violaciones graves del derecho internacional humanitario. “Restablecer el orden público es urgente, pero debe hacerse dentro de los límites del derecho internacional sobre el uso de la fuerza letal”, subraya el texto.
Ejecuciones y represión en Gaza
De acuerdo con la ONU, Hamás reforzó su control sobre ciudades devastadas de Gaza, enfrentándose incluso con clanes palestinos rivales. Testigos citados por la agencia AFP confirmaron la existencia de combates entre las unidades de seguridad de la milicia islamista y grupos locales armados.
El grupo, considerado una organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, difundió incluso un video que muestra la ejecución pública de ocho supuestos “colaboradores”.
La Comisión Palestina Independiente de Derechos Humanos (CIDH) también condenó los hechos, asegurando que las ejecuciones extrajudiciales y disparos contra civiles “no pueden justificarse bajo ninguna circunstancia”. El organismo denunció que estos actos reflejan “el profundo colapso del orden público” y la desintegración de las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley.
“La CIDH insta a todas las autoridades palestinas, especialmente a Hamás, a asumir sus responsabilidades legales para garantizar el derecho a la vida y prevenir cualquier abuso contra los ciudadanos”, agregó el comunicado.
Ataques israelíes pese al alto el fuego
Paralelamente, el ACNUDH advirtió que el Ejército israelí continúa atacando zonas cercanas a la línea de redespliegue. Desde el 10 de octubre, al menos 15 palestinos habrían muerto a tiros en áreas bajo control parcial israelí.
“Atacar a civiles que no participan directamente en las hostilidades constituye un crimen de guerra, independientemente de su proximidad a las líneas de combate”, señala el comunicado de la ONU.
Según fuentes israelíes, las tropas abrieron fuego contra personas que supuestamente traspasaron la llamada “línea amarilla”, límite establecido en el reciente acuerdo de cese de hostilidades. Sin embargo, la agencia EFE reportó que tanques y drones israelíes atacaron zonas del norte y sur de la Franja, incluso áreas designadas como “humanitarias” en Rafah y Al Mawasi.
Una tregua frágil y un plan de paz en suspenso
El alto el fuego, que entró en vigor el 10 de octubre tras dos años de guerra, forma parte de un acuerdo impulsado por Estados Unidos y respaldado en una cumbre internacional en Egipto encabezada por el presidente Donald Trump. El pacto incluye un intercambio de prisioneros, la desmilitarización de Gaza y la exclusión de Hamás de cualquier gobierno futuro.
Sin embargo, las denuncias de la ONU y de organizaciones humanitarias ponen en duda la efectividad del acuerdo. El recrudecimiento de los enfrentamientos entre facciones palestinas, sumado a los ataques israelíes en zonas civiles, revela la fragilidad de la tregua y el deterioro de la situación humanitaria en el enclave costero.
Un llamado urgente a la rendición de cuentas
La ONU y la CIDH coincidieron en reclamar que los responsables de los crímenes sean llevados ante la justicia. “Las ejecuciones sumarias y los asesinatos de civiles son inaceptables y deben ser investigados de manera independiente”, sostuvo el ACNUDH.
Mientras tanto, la población de Gaza continúa atrapada entre la violencia de las milicias y la ocupación militar israelí, sin garantías reales de seguridad o justicia. En medio de la devastación, la “tregua” parece más un espejismo que una vía hacia la paz.