El 26 de junio se estrenará Cuidadoras, un documental que sigue a tres mujeres trans que se desempeñan como cuidadoras en un hogar público para personas mayores. La obra, dirigida y escrita por Martina Matzkin y Gabriela Uassouf, es ganadora del Concurso Incubadora del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y cuenta con apoyo del Ministerio de Cultura de Chile y el Programa Ibermedia.
Cuidadoras tiene como protagonistas a Maia Antesana, Yenifer Franco Pereira y Luciana Méndez, tres mujeres trans que por primera vez acceden a un empleo formal: antes de trabajar en el hogar de ancianos sólo ejercieron la prostitución. El documental muestra sus primeros momentos en este espacio y cómo “con el correr de los días y al compartir la vida en esos pasillos aislados del mundo, cuidadoras y residentes forjan vínculos cada vez más profundos. De a poco, ese lugar extraño deviene para ellas -también un hogar”.
Las directoras explicaron que conocieron a muchas mujeres trans a través de un curso de capacitación en cuidados para adultos mayores. “La mayoría ejercía la prostitución y buscaban una alternativa para su futuro, para cuando el cuerpo ya no aguantara”, mencionaron. Y, en este sentido, agregaron que para este grupo “pensar en la vejez era ejercer un derecho históricamente negado: la expectativa de vida de las personas trans en Argentina sigue siendo menor a los 40 años. ¿Cómo cuida a un anciano, alguien para quien la ancianidad es un privilegio?”.
A partir de entonces, se vincularon con esas mujeres trans, algunas de las cuales ya trabajaban en un hogar público. Sin embargo, las filmaciones se vieron interrumpidas por la crisis sanitaria del Coronavirus. “No pudimos entrar al Hogar por mucho tiempo. Algunxs residentes incluso fallecieron”, recordaron. Gracias a la voluntad, y al trabajo junto a instituciones como Mocha Celis, iniciaron un nuevo curso para cuidadoras trans. “La necesidad de estabilidad y una proyección a futuro, post-pandemia, se volvió más fuerte que nunca y la convocatoria para el curso fue un éxito. Allí aparecieron nuestras nuevas cuidadoras”, contaron las directoras.
Matzkin y Uassouf comentaron que empezaron a filmar a cuidadoras recién recibidas, desde su primer día como pasantes. “Para ellas, al igual que para nosotras, el encuentro con el hogar no fue fácil”, relataron. En sus palabras, eso significó mirar de cerca, escuchar y pensar en aquellas cosas que suelen generar angustia. “Pero con el tiempo, junto con las cuidadoras, empezamos a cambiar la mirada. Atestiguábamos vínculos de tal empatía, que esa relación cuidadora-cuidado se sentía como una amistad, o una familia elegida, algo de mucha complicidad, una ternura que merecía ser retratada”, expresaron.
Las cuidadoras fueron filmadas a lo largo de un año, y en ese tiempo se observa cómo crece el vínculo entre ellas y los residentes. Los consejos eróticos que Maia recibe de Alicia (80); los puntos en común que Yeni encontró entre su juventud y la de Vicky (92); o la pasión por la aventura que comparten Luciana y Beto (85), que fue pistero toda la vida, son algunas de las cosas que retrata el documental.
Además, las realizadoras enfatizan que el hogar se transforma en un personaje más de la película. “En el día a día de la residencia, lo más particular termina mostrándose universal. Elegimos retratarlo con la menor intervención posible del espacio, aprovechando siempre la luz natural, empleando la cámara fija para observar el encuentro y dejar que la magia ocurra”, relataron.
Por otra parte, destacaron que Cuidadoras es un ejemplo de políticas públicas que funcionan muy bien y que hoy están amenazadas: “la educación pública que formó a las cuidadoras; el cupo laboral trans que les dio la posibilidad de ejercer una profesión nueva y forjar un futuro posible; los fondos que financian al hogar, que prioriza a personas sin los medios económicos para acceder al sector privado”. “Los recortes brutales sobre las personas mayores crecen a la par de los discursos de odio frente a la diversidad. Esta película busca contraponer la empatía y el cuidado, al desdén que tiene el gobierno actual – y muchos otros en el mundo – sobre la vejez, la diversidad y lo público”, concluyeron.