“La Ballena” es una de las joyas teatrales que engalana la cartelera porteña, escrita por Samuel D. Hunter en 2012, y adaptada al cine en 2022, con enorme repercusión internacional. La versión argentina en el teatro está protagonizada por Julio Chávez y lo acompaña un gran elenco: Máximo Meyer, Laura Oliva, Carolina Kopelioff, Emilia Mazer, bajo la dirección de Ricky Pashkus. Las funciones se realizan en la Sala Pablo Picasso del Paseo La Plaza (Avenida Corrientes 1660, CABA). Las entradas se pueden adquirir en la boletería del teatro o a través de Plateanet.
La historia de “La Ballena”, trata la vida de Charlie, un profesor de literatura que lucha contra la gordura y el aislamiento. Vive solo en su departamento, dando clases de escritura creativa por internet. Su obesidad mórbida apenas le permite moverse y pasa sus días sufriendo por su pasado; mientras intenta reconectar con su hija adolescente.
Por otro lado, Laura Oliva (Ana), es la mejor amiga, ofrece apoyo incondicional y comprensión, pero que también desafía sus elecciones y lo confronta con la dura realidad de su situación. Emilia Mazer (María) interpreta a su ex mujer, aportando una profundidad emocional que refleja los ecos de un amor perdido y las heridas no cerradas. Carolina Kopelioff, en el papel de Ellie, encarna la juventud y el dolor de una hija que busca respuestas y conexión en medio del caos emocional. Finalmente, Máximo Meyer (Tomás) es un joven misionero que visita a Charlie, e intentará llevar un mensaje de la palabra de Dios.
“La Ballena” desborda incesantemente temas profundos como la redención, el perdón y la conexión humana. Aunque sombría en algunos aspectos, ofrece una reflexión sobre el amor incondicional y la lucha por encontrar una salida en medio de la desesperación. La joya cinematográfica estadounidense, conocida como “TheWhale”y dirigida por Darren Aronofsky, fue protagonizada en 2023 por Brendan Fraser, ganó el Premio de la Academia de Artes Cinematográficas (Premio Oscar), como “Mejor Actor” por su memorable interpretación.
Una charla con Máximo Mayer sobre “La Ballena”
Máximo Meyer es un actor y músico argentino, estudió en la Universidad Nacional de las Artes (UNA) y se destacó en diversas obras teatrales y musicales, incluyendo «Querido Evan». Además, trabajó en producciones como «Casinormales» (2012-2022),«Una vez en la vida» (2019), “Quién Retiene a Quien”(2017), entre otros. En esta oportunidad, Nota al Pie dialogó sobre su experiencia de personificar a Tomás y lo que vive en cada función de “La Ballena”.
-¿Cómo es sumergirse en una de las obras de teatro más prometedoras?
Es un lujo ser parte de un proyecto tan grande, con Julio, Laura, Carolina y Emilia, son actores con un montón de recorrido y muchísimo talento que compartir y es una oportunidad tremenda de aprendizaje. Nunca trato de ser del todo consciente de la magnitud del proyecto. No pienso en que es una de las obras más prometedoras del año, o toda la expectativa que tiene, porque si no me corro del foco que es mi trabajo; es ponerle y darle vida a un personaje y tratar de ser lo más creíble posible. Me concentro en lo creativo, artístico, de esa manera me mantengo protegido de no ser del todo consciente de la magnitud del proyecto.
–¿Es cierto que llegaste a la audición sin grandes expectativas?
Fue muy amena la audición y fueron tres etapas. La primera pensé que había hecho un pésimo casting y me llamaron a las dos horas que salí de la audición, dijeron que había pasado a la próxima etapa y fue increíble. Puedo decir que llegué medio de casualidad a la audición, por eso no tenía mucha expectativa y mientras fui pasando las etapas, empecé a tener muchas ganas de quedar, la última etapa duró como tres horas. En el teatro hubo diez chicos y diez chicas más o menos, e iban probando distintas parejas y audicioné con Caro, con quien hubo una química al instante. Como que los dos salimos de la audición diciendo: “Che estuvo bueno” y después quedamos muy contentos.
–¿Qué te inspiró a aceptar el papel de Tomás?
Me inspiró el hecho de que sea una obra de texto, venía de hacer musicales, un género que amo y tenía muchas ganas de explorar el mundo teatral en otro código. Una obra de texto que sea solo actuar, que no haya que cantar y busqué eso, apareció éste proyecto y fue perfecto. Yo había visto la película en su momento cuando salió conocía la obra que me parecía un proyecto increíble, y más sabiendo el elenco que era y que Julio Chávez iba a interpretar a Charlie. Así que fue un sí por todos lados.
–¿Cómo te preparaste para interpretar a Tomás? ¿Hubo alguna adaptación del personaje en relación a la versión original?
Uno de los desafíos más grandes para mí fue la adaptación porque mi personaje en la versión original pertenece a la Iglesia de los Mormones en Estados Unidos y se adaptó a algo más cercano a nosotros porque es poco común cruzarte con un mormón argentino. Para que fuese más empático, lo adaptaron a que Tomás fuese un joven religioso que estuviese misionando. Nunca se dio a entender del todo si es un católico o si es evangelista. Hay algo que está medio indefinido justamente para no encasillar y que en el imaginario del espectador, pueda ir a dónde quiera. Encontrar esa personalidad nueva fue un gran desafío. Obviamente con la mirada de Ricky Pashkus y de Julio Chávez que también siempre desde su lugar, terminamos construyendo algo distinto. También me preparé leyendo mucho La Biblia y sobre San Francisco de Asís, que en ésta versión el personaje habla sobre él. Por otro lado fui a misa y retomé un poco mi pasado ya que estudié en un colegio católico, tuve un momento de ser muy creyente, como que volví a visitar todos esos lugares que dentro mío, habitaron esa fe, desde un lugar muy empático y sin juzgar lo que piensa mi personaje, tratar de convencerme de que lo que dice, lo dice con convicción.
–¿Cuál es el mensaje o tema que crees que la obra intenta transmitir a través de Tomás?
El personaje es muy complejo, quiere mostrar dos caras. Una es que somos todos humanos y que por más que seamos creyentes, prediquemos la palabra y nuestra vocación sea de servicio y de ayudar; también tenemos falencias, hacemos las cosas mal, nos equivocamos. Creo que Tomás por más religioso que sea también es absolutamente humano y pecador por decirlo de forma religiosa. Es un chico ortodoxo teniendo en cuenta que en la versión original, es mormón y viven la fe de una manera mucho más estricta que nosotros, pero sin embargo acá también existen grupos más pequeños de gente muy ortodoxa que se toma la palabra de Dios o la doctrina de una forma muy estricta. A veces nubla la vista a estas personas que por más que tienen un corazón enorme y creen que están haciendo el bien, su visión llega hasta cierto punto porque la iglesia lo dice. Tomás desea ayudar a Charlie pero sin entenderlo.
–¿Viste la película o preferiste no dejarte influenciar por el filme para tu actuación?
La vi cuando salió y después cuando arrancó el proceso de audiciones, la vi como para estar al tanto de la historia. También busqué el guion para tratar de leerlo. Una vez que hice esto, solté y decidí no volver a verla, y no la pienso volver a ver hasta que termine la temporada teatral, porque no quiero condicionarme. Lo más importante es no basarme en otros trabajos y hacer algo propio. Aparte que mi rol tuvo muchas modificaciones y no es Elder Thomas de la versión original.
–En la obra “Quién retiene a Quién”, tu primera experiencia en calle Corrientes, compartiste roles con Laura Oliva, ahora se reencontraron en “La Ballena”.
Sí, trabajé con Laura en uno de mis primeros trabajos en 2017 y recuerdo que aprendí mucho de ella. Fue una de mis primeras experiencias teatrales y fui una esponja, estuve compartiendo escenario con gente muy talentosa. Eso me cambió mucho como actor y cuando me enteré que ella iba a estar, me pareció muy lindo volver a compartir con Laura, una enorme actriz.
–¿Qué opinas sobre tratar un tema que muestra a comer compulsivamente como un catalizador del dolor?
Para mí “La Ballena” no tiene nada que ver con la gordofobia. Sí me parece desde la visión del autor con manera muy rebelde, interesante, pone en jaque al espectador de cómo uno juzga al ver una persona en ese estado y con montón de preconceptos. Es muy interesante que uno cree que la historia va por un lado y después te vas dando cuenta que no, y terminás empatizando 100% con Charlie. Además el hecho de que esté en ese estado, es como cualquier persona que atraviese con mucho dolor y genera un mal hábito para taparlo, pero existen un montón de otras formas de tapar. Es muy interesante que el autor narre el dolor de Charlie en su estado físico.