El presidente argentino Javier Milei volvió a resaltar su entusiasmo de alinearse con la política económica de Estados Unidos, tras la controversial asunción de Donald Trump en la Casa Blanca.
La segunda presidencia del republicano llevaría a un reordenamiento de la geopolítica mundial, debido a la decisión de Trump de implementar un programa económico proteccionista de la industria norteamericana. De esta forma, la aplicación de fuertes aranceles a las importaciones tendrá un impacto en las economías del mundo, incluida la Argentina.
Aunque el efecto más inmediato de la presidencia de Trump es la posibilidad de que manifieste su apoyo a nuestro país en el marco de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El efecto Trump en la Argentina
Milei es de los mandatarios más satisfechos con el nuevo gobierno de Donald Trump, más por cercanía ideológica que por conveniencia para la Argentina o la región. De hecho, a pesar de llevar pocos días como presidente, el republicano ya tuvo la oportunidad de menospreciar la importancia de América Latina para la economía estadounidense.
Más allá del debate que Trump intentó instalar, al proclamar que Latinoamérica necesita de EEUU y no viceversa, es cierto que la región está atenta a las consecuencias que podría traer un giro nacionalista en la política norteamericana.
Esto se debe a que una de las primeras medidas anunciadas por Trump es la aplicación de aranceles a las importaciones del 20%, aún más altos para las importaciones provenientes de China (hasta un 60%). De esta forma, las empresas chinas podrían buscar mercados alternativos para volcar su producción excedente.
Este proceso, sumado a las medidas de apertura indiscriminada del gobierno de Milei, convierten a la Argentina en un país ideal para vender dichos productos, lo que podría generar una competencia desleal en perjuicio de la industria nacional.
Resulta llamativo como el presidente argentino muestra un gran compromiso con EEUU y la política proteccionista de Trump, a pesar de permanentemente se muestra como un ferviente defensor del libre mercado.
Milei, ocupado con la batalla cultural
Los acontecimientos de los últimos días motivaron al libertario a seguir insistiendo en encabezar lo que llama “la batalla cultural”, que comparte con Trump y otros dirigentes. Tras un año de gestión, se jacta de la baja de la inflación como el resultado de un programa económico ejemplar, que no lo tiene a él como protagonista sino a la derecha.
En este papel de representante internacional de la derecha, tuvo que salir a defender al empresario Elon Musk de las acusaciones de nazismo, recurriendo una vez más en amenazas a la izquierda y les socialistas.
En esta línea también, decidió basar su discurso del Foro de Davos en una crítica a los derechos humanos, el feminismo y la defensa del medio ambiente; corriendo el foco de los temas trascendentales como la pobreza, que ascendió al 60% de la población argentina en el último año.
El rol del FMI
Otra de las razones del gobierno argentino para seguir de cerca los pasos de Donald Trump se debe a su influencia sobre el Fondo Monetario. El visto bueno del presidente del país sede del organismo genera buenas expectativas en el camino de una nueva deuda.
Luego de viajar a Washington D.C. para presenciar la asunción de Trump, el ministro de Economía Luis Caputo volvió a la Argentina para continuar las negociaciones con el FMI, que promete un desembolso base de 11 mil millones de dólares.
Por su parte, el siempre ortodoxo Fondo Monetario no parece vacilar demasiado cuando se trata de otorgar más préstamos, sobre todo cuando a cambio se llevan a cabo políticas extremas de ajuste. En este sentido, Kristalina Georgieva, presidenta del organismo, volvió a felicitar al Gobierno por el rumbo de la economía.