Luego de asumir la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump enfatizó en que su administración priorizará la extracción de petróleo siguiendo la fórmula drill, baby, drill (perfora, nena, perfora), que se convirtió en una de las claves del rumbo del mandatario.
En diálogo con el medio internacional Sputnik, el analista e investigador de política energética Marc Ayoub sostuvo: “Inundar el mercado con barriles de petróleo, tanto de EEUU como de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), tendrá un reflejo en la economía estadounidense en términos de una menor inflación [en el país norteamericano] y más ingresos públicos y privados”.
Otro beneficio que Washington buscaría está vinculado con el crudo ruso. Esto se debe a que hay un matiz en relación con las actuales exportaciones de petróleo ruso a los países asiáticos, indicó el además miembro no residente del Instituto Tahrir de Política de Oriente Medio. Si los precios mundiales del petróleo empiezan a caer en picado, “los actores que están comprando petróleo ruso no tendrán ningún beneficio en adquirirlo”, concluyó Ayoub.
En el marco de su campaña presidencial, Trump prometió aprovechar las reservas de petróleo para reducir los costos de energía y recaudar más dinero de la industria petrolera. En su intervención en el Foro Económico Mundial de Davos de 2025, el político señaló en particular que pediría a Arabia Saudita y a otros países de la OPEP que “bajen el costo del petróleo”.
Con ello, cabe señalar que aparte de Arabia Saudita, la OPEP está formada por Argelia, Congo, Emiratos Árabes Unidos, Gabón, Guinea Ecuatorial, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria y Venezuela.