Cada 10 de diciembre, Argentina conmemora dos hitos fundamentales: el Día de la Restauración de la Democracia y el Día del Trabajador Social. Ambas celebraciones comparten un significado profundo, vinculando la consolidación de los derechos humanos con el compromiso de quienes trabajan para garantizar el bienestar social.
El regreso de la democracia en 1983
El 10 de diciembre de 1983 marcó el fin de una de las etapas más oscuras de la historia argentina: la dictadura militar que comenzó el 24 de marzo de 1976. Ese día, Raúl Alfonsín asumió la presidencia, devolviendo a los argentinos la esperanza de un gobierno democrático.
Todo comenzó el 30 de octubre de 1983, cuando 18 millones de ciudadanos participaron en elecciones libres tras siete años de represión y censura. Alfonsín, líder de la Unión Cívica Radical, venció en las urnas y esperó hasta diciembre para recibir el mando del dictador Reynaldo Benito Bignone.
El Día de la Restauración de la Democracia, establecido oficialmente en 2007 por la Ley 26.323, rinde homenaje a este momento histórico que simboliza el triunfo de los derechos humanos, la justicia y la participación ciudadana.
El Día del Trabajador Social: una nueva perspectiva
El 10 de diciembre también es el Día del Trabajador Social en Argentina, una fecha que destaca el papel de estos profesionales en la asistencia a los sectores más vulnerables de la sociedad. Esta efeméride, instituida en 2012 por la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social, coincide con el aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, reforzando el vínculo entre la profesión y la lucha por la igualdad.
Anteriormente, el Día del Trabajador Social se celebraba el 2 de julio, una fecha vinculada a la tradición religiosa propuesta en 1961 por la asistente social Marta Ezcurra. Sin embargo, el cambio respondió a la necesidad de desligar esta conmemoración de un sentido confesional para alinearla con los principios actuales de la disciplina.
Funciones clave de los trabajadores sociales
El trabajo social es una disciplina que busca favorecer el desarrollo, la cohesión y la transformación social, promoviendo el bienestar tanto individual como colectivo. Entre sus principales funciones se destacan:
- Prevención de conflictos: Identificar y abordar causas de tensiones individuales y colectivas.
- Atención directa: Potenciar las capacidades de las personas para que puedan enfrentar sus conflictos cotidianos de manera autónoma.
- Planificación y acompañamiento: Diseñar planes de acción con objetivos claros, monitorear su implementación y evaluar sus resultados.
- Docencia: Participar en la formación y educación de futuros profesionales.
- Promoción de la inserción social: Trabajar en el diseño e implementación de políticas públicas que garanticen el acceso a servicios esenciales.
Una jornada para reflexionar y celebrar
El 10 de diciembre reúne dos conmemoraciones que comparten un propósito común: construir una sociedad más justa e igualitaria. Desde la restauración de la democracia, que devolvió la voz al pueblo argentino, hasta el trabajo incansable de los trabajadores sociales por garantizar derechos y oportunidades, esta fecha invita a reflexionar sobre los logros alcanzados y los desafíos que aún persisten.
En este día, se celebra no solo la memoria de un país que recuperó su democracia, sino también el esfuerzo diario de quienes, desde el trabajo social, se convierten en agentes de cambio y esperanza para las comunidades más vulnerables.