En un giro histórico para Bangladesh, Sheikh Hasina, la Primera Ministra durante los últimos 15 años, abandonó el país este lunes 5 de agosto tras semanas de intensas protestas callejeras que dejaron más de 300 muertos y alrededor de 20,000 heridos. El General Waker-uz-Zaman, jefe de las Fuerzas Armadas, anunció la formación de un gobierno interino en un intento por estabilizar la situación.
La crisis comenzó en julio con protestas lideradas por estudiantes en contra de las cuotas para empleos públicos, las cuales, según denunciaban, favorecen a los miembros del partido gobernante, la Liga Awami.
Nahid Islam, un estudiante de sociología de 26 años, se erigió como el líder de estas manifestaciones. Con un enfoque calmado pero firme, Islam coordinó un movimiento que rápidamente escaló en magnitud y demandas, pasando de la eliminación de cuotas a la exigencia de la dimisión de Hasina y rendición de cuentas por la violenta represión. Según informó la agencia de noticias Reuters.
Durante las protestas, estatuas del padre de Hasina y líder de la independencia de Bangladesh, Mujibur Rahman, fueron derribadas, y varias instalaciones públicas, incluyendo la residencia de Hasina, fueron saqueadas. A pesar de que Hasina retiró el plan de cuotas, las protestas continuaron hasta su eventual huida a la India.
En una alocución televisiva, el general Uz-Zaman prometió que el ejército no dispararía contra los manifestantes y aseguró que se llevaría a cabo una investigación sobre la represión. También mencionó que estaba en conversaciones con el Presidente Muhammad Shahabuddin Chuppu y otros líderes políticos para establecer un gobierno interino. Según informó el portal de noticias IPS.
Nahid Islam ha propuesto al Nobel de la Paz, Muhammad Yunus, como asesor principal del nuevo gobierno, y ha subrayado la necesidad de proteger a las minorías religiosas en el país. A pesar de los desafíos, el liderazgo de Islam ofrece una esperanza renovada para la democracia en Bangladesh.
La ONU ha pedido calma y respeto por los derechos democráticos y humanos del pueblo de Bangladesh. António Guterres, Secretario General de la ONU, y su portavoz adjunto, Farhan Haq, han instado a una transición pacífica y ordenada, y han llamado a una investigación completa e imparcial sobre la violencia ocurrida.
Bangladesh, un país densamente poblado con 173 millones de habitantes, es conocido por su pasión por el fútbol y su admiración por Argentina y Lionel Messi. En medio de la agitación política, los ciudadanos continúan encontrando consuelo en el deporte, unificando a la nación en tiempos de incertidumbre.