“La Rebelión. Historias del Cordobazo”, la nueva novela gráfica del artista integral Ian Debiase, salió a la venta la semana pasada luego de un largo periodo de preventa.
El libro cuenta con varias historias inspiradas y basadas en los hechos del Cordobazo, el levantamiento obrero y estudiantil más recordado de la historia Argentina que, en 1969, fue uno de los factores predominantes para la caída de la dictadura de Juan Carlos Onganía.
Se trata de un trabajo que fue ganador de una Beca Creación del Fondo Nacional de las Artes en 2023 y se encuentra editado por Hotel de las Ideas. El libro cuenta con 144 páginas (23 cm por 17 cm) y con una tapa rústica con solapas.
Nacido en Buenos Aires en 1985, Debiase estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Trabaja como historietista e ilustrador para Argentina, Estados Unidos y Europa. Ha trabajado en varias revistas como Sudestada, Caras y Caretas, Fierro y MAD.
Debiase publicó varios libros, entre ellos Corazón Sputnik (2016); Subcomandante Marcos (2017); ¿Qué querés ser cuando sea grande? (2019), con guión de Marcelo Pulido; y Guía Básica para sobrevivir a explosiones (2023), con guión de Cristian Blasco.
Con Nota al Pie, tuvimos la oportunidad conversar sobre el proceso de realización del libro con el autor, quien el día de ayer estuvo presente en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires firmando ejemplares para quienes compraron el tomo en el stand de la editorial.
¿Cómo surgió la idea de hacer un libro de historietas sobre El Cordobazo?
Venía trabajando en otro proyecto de novela gráfica en la que, en una escena, tenía ganas de que transcurriera en El Cordobazo. Para escribirla me puse a investigar: conseguí bibliografía, empecé a ver documentales y me fui encontrando con esta logística super ingeniosa, novedosa.
Dejé en pausa el otro proyecto para dedicarme de lleno a seguir estudiando El Cordobazo y hacer algo con eso. Encontré más material, más libros, más artículos, hasta que tomé la decisión de viajar a Córdoba y contactar a protagonistas, gente vinculada o muy cercana al Cordobazo para hacerles entrevistas.
Con todo eso, empecé a hacer los guiones. Son todas ficciones basadas en los hechos reales y en las vivencias de los entrevistados.
¿Cómo elegiste a quienes entrevistar?
Estaba bastante perfilado porque cuando empecé a entrevistar ya tenía bastante lectura hecha. Al final del libro quise incluir toda la bibliografía y las referencias, las pelis que fui usando y obviamente la lista de entrevistados.
A partir de todo el archivo audiovisual donde ellos y ellas salían hablando, fui seleccionando con quienes hablar, además de las familias de Elpidio Torres, Agustín Tosco y Atilio López.
Eso lo tenía pre seleccionado en base a lo que había investigado. Después, sobre la marcha, me pasaba que quienes entrevistaba me daban fotos y me recomendaban otras lecturas y otros entrevistados. Me decían: tenés que hablar con tal y tal.
¿Entrevistaste también a estudiantes que fueron parte del Cordobazo?
Si, me aportaron información de los folletos, una estrategia en conjunto que hicieron los gremios y trabajadores con los estudiantes. Los estudiantes de derecho hacían folletos con información y con “tips” en caso de ser detenidos.
Los estudiantes de medicina hicieron lo mismo, pero con cuestiones de primeros auxilios. Estudiantes de arquitectura armaron un instructivo de cómo armar bombas molotov. Otro de los folletos tenía planos sobre qué calles agarrar si te está siguiendo la policía. Todo eso fue una organización muy grande.
¿Cómo fue escribir los guiones a partir de las entrevistas?
En realidad mi idea para armar el libro era todo lo que fueron los preparativos y la organización para El Cordobazo, donde aparecen todos estos preparativos ingeniosos.
Cuando me juntaba con los entrevistados, iba a conocer sus vivencias. A mí lo que me interesaba era la parte humana, cómo era la trastienda detrás de los hechos. También me interesaba que me contaran eso que no aparece en los libros.
Por ejemplo: ¿almorzaron, no almorzaron? ¿comieron algo la jornada del 29 de mayo? ¿Dónde? Y otras cuestiones que tienen que ver con la época: como qué programas de radio escuchaban, qué música, qué lecturas tenían…la diaria.
Tenía que ponerle imágenes a cosas que ya están muy dichas, pero de las que te preguntas desde qué cantaban hasta qué marcas de cigarrillos fumaban. Las entrevistas me sirvieron para saber esas cosas y corroborar cosas que fui leyendo. A mí lo que me interesaba era el detalle, el núcleo del relato.
¿Cómo seleccionaste las historias que incluiste finalmente en el libro?
Elegir fue una de las cosas más difíciles, delimitar qué sí y qué no. Llegó un momento que había leído y recolectado tanta información, que el libro iba a tener 500 páginas o varios volúmenes. Me quedaron afuera anécdotas que me hubiera encantado incluir…
¿Qué tanto te basaste en las filmaciones y en las fotos que hay del Cordobazo para ilustrar tus viñetas?
Usé muchísimas imágenes de referencia. La mayoría de las viñetas que muestran enfrentamientos son tomadas de fotos reales. Usé muchas referencias de imágenes para los espacios.
Todo lo que pude llegar a ver cómo era, trataba de dibujarlo de manera fiel. Obviamente hay modificaciones, pero en general todas las escenas son sacadas o inspiradas en fotos reales.
También usé mucha data visual para lo que eran las ropas y hasta golosinas. Es una época en la que me entusiasma dibujar. Me tomé muchas libertades respecto de la fisonomía de los personajes.
Si bien las vivencias y anécdotas son reales, los personajes y sus diálogos son de ficción. Condensé algunos hechos y cosas que ocurrieron en lugares distintos por fines dramáticos.
¿Cómo concebiste el uso del color y el dibujo para hacer el libro?
Hay como dos registros: uno más de colores fríos, más nocturnos; y un registro más naranja, más diurna, que le da un tono adecuado a la época. Los dos registros me permiten diferenciar los flashbacks.
Antes del libro, previo a las entrevistas, en pandemia, surgió la posibilidad de publicar algunos capítulos en Fierro. Publiqué tres capítulos, que luego corregí, cambié textos, pero también retoqué un poco el dibujo porque todo fue madurando a medida que trabajaba en el libro.
En la versión de Fierro había como unos grises, un sombreado leve que después saqué y deje color plano…aposté un poco más a la mancha y al negro. Todo se fue dando en el camino, trabajo así.
A veces vuelvo para atrás y retoco lo primero que hice…fue un proceso largo el del libro, que abarcó entre dos y tres años con algunas interrupciones. La parte más intensa fue el último año, cuando gané la Beca Creación, lo que me permitió terminar el libro.