Sin duda, Martín Bossi es uno de los artistas argentinos más reconocidos tanto en el país como a nivel internacional. Con más de 150,000 presentaciones en su haber, su espectáculo «Bossi Live Comedy» fue un éxito de la temporada de verano en Mar del Plata, obteniendo la «Estrella de Mar 2024» al mejor Music Hall. Previamente, en 2023, logró numerosos éxitos en Estados Unidos, Europa y Uruguay.
Esta vez, «Bossi Live Comedy» llegó al Teatro Metropolitan (Avenida Corrientes 1343, CABA), con funciones durante todo el mes de abril. Jueves y viernes a las 20:00 horas, sábados a las 19:30 y 22:30 horas, y domingos a las 20:30 horas. Las entradas están disponibles en www.plateanet.com y en la boletería del teatro.
La obra ofrece una combinación de stand-up comedy, baile, canciones, música de orquesta en vivo, cambios de vestuario y las famosas imitaciones de Martín Bossi. Desde el inicio del espectáculo, el reconocido comediante no solo entretiene, sino que también brinda una mirada reflexiva sobre la sociedad actual. Bossi, quien creció en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora, comenta con nostalgia que «todo pasado fue mejor».
Con su característico estilo directo, Bossi señala que los jóvenes de hoy en día no experimentan las relaciones sentimentales de la misma manera. «En otra época, la conquista era más detallada. Se esperaba a la chica durante horas hasta que llegara al punto de encuentro», relata con entusiasmo. Además, con su característico humor negro e ironía, Bossi imita las voces y critica las letras de canciones de artistas como el colombiano Maluma y el boricua Bad Bunny. Estas imitaciones desatan las risas del público, mayormente compuesto por adultos, aunque también hay un grupo considerable de adolescentes entre los espectadores.
Bossi es la expresión pura de: “Dígalo con música”
Durante dos horas el actor, es un torbellino actoral y musical que atrapa desde que se abre el telón. Comienza con canciones de antaño que evocan suspiros en la audiencia: temas de Palito Ortega, Elvis Presley, Luis Miguel y Nino Bravo. Mientras canta, Bossi tiene el don de hacer monólogos, hablar con su público, bailar y moverse de un lado a otro en el escenario. Hace chistes con algunas señoras del público y confiesa sus amores platónicos. No teme tocar el saxofón, la batería, la guitarra y, sobre todo, decir las verdades que otros artistas podrían callar para agradar.
El comediante se declara anti-reggaetonero y elogia las letras del tango de Carlos Gardel. También canta en inglés y despliega mucho romanticismo en su performance. Uno de los momentos más emotivos y atractivos es cuando aparece un espejo con una lámpara, que le permite maquillarse y transformarse en el español Joaquín Sabina.
Todo pasado fue mejor
La función también tiene un cuadro excepcional en el que rinde homenaje al querido Carlitos Balá, ícono de la época infantil. Es un momento lleno de nostalgia en el que Bossi pide recordarlo con un aplauso de pie.
Uno de los elementos destacados es la intervención de la orquesta que acompaña a Bossi. La banda musical es de primer nivel y está conformada por: Pablo Fábregas (dirección y puesta en escena), Nelson Gesualdi (dirección musical, arreglos, piano, guitarra y saxofón), Judith Cabral (reconocida cantante), Francisco Cordima (teclados), Juan Cordima (batería y coros), Julián Santagada (guitarra), Jeanette Gesualdi (bajo) y Naara Gómez (violín).El comediante, en su misión de educar y crear conciencia, aborda con mucho énfasis los mensajes violentos que se transmiten a través de los juegos que son favoritos de los niños. En una pantalla aparece una silla tipo gamer mientras Bossi enfatiza que los entretenimientos digitales se basan en competencias bélicas, y que ya no existen los juegos con los que él creció en su hogar.
Reivindicando el verdadero amor
La comedia musical, aunque no ofrece imitaciones de antaño como las de Lionel Messi o Maradona, tiene una connotación fresca que enloquece a la gente. El humorista no se esconde detrás de máscaras y muestra su propia impronta. En todo momento habla del amor, de las manifestaciones que las personas tenemos que transmitir, y advierte sobre el uso excesivo de las redes sociales: “Se han convertido en un disparador para alejar los vínculos”.
Al acercarse al final de la función, como frutilla del postre, el artista invita a que la gente se dé un beso con la persona que está al lado de su butaca. Además, invita a alguien del público para que, en escena, se bese con uno de los músicos del espectáculo, todo con mucho respeto. Es un final inesperado, pero cargado de energía positiva, que provoca el efecto de que “siempre triunfa el amor”.