Hace apenas 3 años, en el antiguo playón de Chacarita no había nada. Pero llegó un grupo de jóvenes ambientalistas y todo se transformó, dando lugar a un espacio lleno de vida: el BioCorredor, un sitio lleno de plantas nativas que son refugio y alimento para muchas especies de aves e insectos. Está ubicado al lado del Galpón Agroecológico y la huerta urbana, pertenecientes a la Mutual Sentimiento.
El BioCorredor consiste en espacios con plantas nativas que funcionan como conectores. De esta forma, las distintas especies de animales e insectos pueden contar con sitios donde descansar, alimentarse o refugiarse, dentro de ecosistemas fragmentados.
Nota al Pie conversó con Santiago Magariños, activista ambiental e integrante de Vuelve el Monte, un movimiento que concientiza sobre las plantas nativas en Vicente López, Buenos Aires. Allí tienen un vivero, en el que producen plantas para donar y también para vender, y de esta manera obtener ingresos que les permitan sustentar sus actividades. Además, realizan stickers y afiches para concientizar y abrir interrogantes respecto de la flora autóctona
En 2021 se habían acercado a donar árboles nativos y de a poco comenzaron a plantarlos. Hoy ya cuentan con más de 130 especies de plantas nativas reincorporadas al predio, por lo que mes a mes van descubriendo nuevos habitantes, como mariposas, saltamontes y aves. Actualmente, se están organizando visitas guiadas y los sábados por la tarde se puede participar de actividades de voluntariado.
La importancia de las plantas nativas
“Las plantas nativas, o autóctonas, son las originarias de cada ecoregión. Son las que siempre estuvieron en el lugar, antes de la intervención de la acción humana”, señaló Magariños. “Son importantes porque la flora nativa es el sustento de los ecosistemas. Evolucionaron en cada región del planeta durante millones de años, conformando ecosistemas con características específicas y siendo el soporte de la fauna”, agregó.
Para él, “es importante concientizar sobre las plantas nativas en un contexto de extrema crisis climática y ecológica. Estamos en la sexta extinción masiva de especies de la historia del planeta, y la primera producida por una sola especie, la nuestra”.
Un ejemplo bien concreto es la diferencia que hay entre la Plaza Clemente y la Plaza Mafalda, ubicadas cerca del Mercado de las Pulgas. Según Santiago, “una plaza está gestionada normalmente y la otra tiene plantas nativas, se ven la diferencia, hay más vida. Cuando las plantas son de otros países, u otras regiones, la biodiversidad es mucho menor”.
Sin plantas nativas no hay animales
En este marco, el entrevistado destacó: “Las plantas y los animales evolucionan de una forma unida y dependen unas de otras. Cuando se pierde la flora nativa, se pierde todo lo demás, porque es la base, es el alimento, refugio, lugar de reproducción de los animales”.
A su vez, añadió que “cuando va desapareciendo la flora nativa, se van fragmentando los ambientes. Esto se debe al avance de la urbanización, la agricultura, la ganadería, la minería, todo por la acción antrópica”. En esta línea, lo vinculó con la protección de la fauna: “Si esa mariposa no encuentra su lugar, se extingue localmente, y si el ambiente se sigue fragmentando, se puede terminar extinguiendo, lo que es irreversible”.
Conociendo las flora de Buenos Aires
“Cabe aclarar que Buenos Aires es una región con múltiples ambientes, no es todo llanura. Por un lado está el pastizal pampeano, pero también la parte más austral de la selva, en el sistema de islas y deltas del Paraná”, indicó Magariños. Por ejemplo, el yaguareté llegaba hasta la localidad de Tigre, del cual provino su denominación.
“En CABA hay muchos arroyos entubados, pero a su alrededor había vegetación autóctona, llamada selva marginal o riberense. De allí es el ceibo, nuestra flor nacional. También el sauce criollo, una especie diferente a la del sauce llorón, que no es nativo, y otros árboles como el curupí, el tarumá, el azota caballo, el mataojo y el blanquillo”, diferenció.
Dentro de los componentes del espinal, característico del centro del país, se encuentran el espinillo y el tala, un árbol destacado de la Ciudad, cuyo fruto es la alimentación de muchas aves.
Al respecto, Santiago expresó: “Es un árbol muy importante porque tiene asociación con unas 40 especies de insectos y aves que necesitan de él. Una es la mariposa zafiro del talar, una mariposa que solo pone sus huevos en sus ramas. Además, atrae muchos pájaros que se alimentan de sus semillas y las aves pueden hacer sus nidos, estando más protegidas por sus espinas”.
Otro de los árboles de importancia es el coronillo. “En él ponen huevos las mariposas más grandes que tenemos, llamadas bandera argentina, porque son celeste. Sus orugas sólo se alimentan de las hojas del coronillo. Por eso se extinguió de muchos lados, queda una población en Punta Indio y Punta Lara, y ahora reapareció en la Reserva Ecológica de Costanera Sur”, explicó. A propósito, en el BioCorredor también plantaron coronillos, por lo que esperan su presencia en unos años.
Actuar frente a la crisis climática y ecológica
“Comenzamos a interesarnos por las plantas nativas debido a la urgencia de la crisis climática y ecológica. Cada vez quedan menos reservorios de ecosistemas a nivel global y esto lo están advirtiendo los científicos, estamos comenzando a tocar puntos de no retorno”, dijo Santiago.
En este contexto, agregó: “Cada día que pasa cuenta, y si al final de la década no cambiamos nuestro vínculo con la naturaleza, va a ser totalmente irreversible frenar la crisis climática y la extinción de especies. Es algo que ya se está viendo con estos últimos temporales y que avanza de forma veloz. Estamos poniendo en riesgo nuestro futuro”.
Las plantas nativas son un pilar fundamental para hacer frente a la crisis ecológica, su cultivo puede hacerse en jardines, patios, terrazas o balcones, pero se trata de un cambio cultural que hay que dar.
“Es una acción muy directa, muy bella, poética y esperanzadora. Devolvés las plantas a su lugar y al poco tiempo ves las mariposas que necesita esa planta, o la abeja que busca esa flor”, concluyó el entrevistado.