El brutal ataque ejecutado sobre civiles rusos en el Crocus City Hall de Moscú, ubicado en Krasnogorsk (Rusia), se cobró la vida de 137 personas. Sin embargo, el Kremlin aún no ha ensayado una reacción militar sobre Ucrania. Aunque el Estado Islámico (ISIS) se haya atribuido la autoría material del atentado, el gobierno de la Federación de Rusia sospecha que su diseño intelectual provino de Kiev y sus socios atlantistas, al igual que con el Nord Stream.
En ese contexto, Nota al Pie analiza las posibles derivaciones del conflicto a la luz de la disputa geopolítica que se expresa en Ucrania.
Rusia contiene su respuesta militar
No obstante la sospecha sobre la autoría ucraniana del atentado en Moscú, Rusia aún no ensayó una reacción militar en Ucrania. En tanto, mientras se desarrollaba el brutal ataque sobre la población civil rusa, soldados franceses, alemanes y polaco enrolados en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se desplegaron al sur de Kiev, lejos de la línea del frente de batalla. De hecho, el sábado ejecutaron ataques masivos sobre la ciudad portuaria de Sebastopol en Crimea, así como sobre el distrito de Belgorod.
Las Fuerzas Armadas rusas se limitaron a repelerlos y asestaron golpes puntuales a instalaciones claves para la industria de defensa ucraniana. Según evidencia el informe sobre el progreso de la Operación Militar Especial (SMO), Kiev sufrió la interrupción de operaciones industriales y también la pérdida de varios equipos suministrados por la alianza militar. Entre ellas, las nuevas baterías Patriot que habían sido recientemente instaladas, y el edificio de la Defensa (SBU) fue destruído.
Yihadismo islámico, una tesis que el Kremlin desestima
24 horas después de la ejecución del atentado terrorista, el Estado Islámico se atribuyó la autoría intelectual y material del mismo. Tayikistán sería el origen de varios de ellos, quienes alegaron haber sido motivados por dinero. En tanto, el gobierno ruso capturó a once personas implicadas en el brutal ataque, entre ellos los cuatro terroristas que lo perpetraron. Según supieron, pretendían cruzar la frontera ucraniana y contaban con los contactos para hacerlo.
Sin embargo, varios de los voceros del entorno más cercano del presidente Vladimir Putin han desestimado esta tesis, ratificada rápidamente por los medios de comunicación masivos occidentales y reconocida por diversos gobiernos a nivel internacional. La vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores, María Zakharova, resaltó que los terroristas eligieron huir específicamente a Ucrania luego de cometer el atentado. En la misma línea se pronunció Margarita Simonyan, periodista de Sputnik, quien agregó que la comunidad occiental orquestó la atribución a ISIS, organización prohibida en Rusia.
ISIS es una organización paramilitar enrolada en lo que habitualmente se denomina “Yihadismo islámico” por su fundamentalismo religioso. Se ha dispersado desde el año 2011 por Oriente Medio y el Magreb y el Sahel africano. En Siria es uno de los principales responsables de desestabilizar al gobierno de Bashar al-Assad, quien se apoyó en Putin para disuadirlos con éxito. También tienen muchas unidades operando en África, combatidas sin éxito por Francia y ahora disuadidas por los gobiernos panafricanistas con el apoyo logístico y militar de Rusia. Sobre todo de la OMC Wagner, grupo paramilitar ruso absorbido por las fuerzas armadas de Moscú luego de la muerte, en 2023, de su líder Eugeny Prigozhin.
El propio expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado que los demócratas de Barack Obama y Hillary Clinton han “creado” ISIS cómo factor para desestabilizar gobiernos contrarios a sus intereses en estas regiones.
Funcionarios de primera línea del Kremlin coordinaron un mensaje cuestionando la autoría y dejaron entrever que servicios de inteligencia extranjeros, como la CIA norteamericana y el M16 británico, podrían estar involucradas, tal como sucedió con el sabotaje del gasoducto Nord Stream. El propio Putin se pronunció al respecto planteando que ISIS ataca generalmente a enemigos de Estados Unidos. “Una extraña coincidencia”, expresó. Lo cierto es que Rusia combate al yihadismo islámico en dos frentes en paralelo: Siria y el Sahel africano a través de fuerzas regulares y la PMC Wagner.
Rusia define: de la SMO a la guerra con Occidente
Diversos analistas militares y de política internacional coinciden en que la decisión que desde Moscú se tome en torno a la responsabilidad del atentado redefinirá la situación sobre Ucrania. Rusia no sólo desconfía de los intereses atlantistas expresados en el esquema del Unipolarismo Financiero que la enfrenta en el espacio postsoviético, sino que considera que lleva la iniciativa estratégica en Europa Oriental y la superioridad militar. Ante el retiro estadounidense de la conducción del conflicto y su relevo por Francia y sus socios continentales, Rusia podría reformular sus objetivos iniciales de desmilitarización y desnazificación de Ucrania, ahogando aún más a Kiev.
En ese sentido se encuadran las declaraciones del vocero presidencial Dmitri Peskov, quien reconoció que Rusia “está en guerra”, lo cual representa una escalada en relación al desarrollo de la SMO. Al margen de la decisión que tome el Kremlin en derredor del histórico atentado sobre su población civil y su natural incidencia sobre el decurso del conflicto en Ucrania, la política internacional comienza a ser testigo de una nueva fase del mismo. Con diversas, variadas y contrapuestas razones de orden geoestratégico, el escenario al este de Europa escala.