La brutal recesión, que ya comienza a mostrar suspensiones y despidos, hace prever en cualquier estimación seria que el índice de desempleo aumentará y alcanzará cifras de dos dígitos.
Es una historia conocida en la Argentina que, entre sus múltiples consecuencias, incluye la extrema concentración del ingreso y la riqueza. En esas condiciones, los salarios a la baja son tolerados cuando la amenaza concreta es la calle y el no consumo.
Como si fuese poco, a ese panorama, que tiene características estructurales y un patrón de acumulación, apenas se le opuso el intento de un cierto desarrollo nacional con rasgos de autonomía, tras la salida de la crisis 2001-2002.
Pero la contraofensiva del capital concentrado, en un contexto mundial de reacomodamientos de los bloques, tuvo en Argentina 2023 una sortija que no se había sacado en varias vueltas de calesita. Javier Milei hizo la rápida transición de bufón de panel televisivo a político, y en apenas un par de años, con la inexistente tarea de diputado nacional, llegó a la presidencia de la República.
Era la figura ideal y de alguna manera lo sigue siendo; hacía falta mucha audacia para encarar semejante propósito de desarmar la estructura del país, como lo plantea por estas horas el gobierno de La Libertad Avanza y sus socios del silencio, otrora oficialistas del macrismo.
Pero hay una parte del diagnóstico de Milei, repetido en la Asamblea Legislativa, que contacta con la realidad que sufren a diario millones de personas. Que no lo expresan de manera activa, que no van a la Plaza a sostener con el cuerpo lo que a veces escriben en la redes y que, probablemente, ni siquiera reconozcan alguna vez que votaron a su propio verdugo.
⚠️ El pueblo, siempre el más castigado
— Nota Al Pie (@notaalpieok) March 2, 2024
🤵🏻El presidente inauguró las sesiones #legislativas con un discurso, donde defendió el ajuste de su #gestión. Además, propuso #leyes "anticasta" y un nuevo contrato social para imponer sus medidas.@agusofiax
⤵️https://t.co/3lv1ExcgNg
Ahora bien, si no se lee esa línea que vincula a este economista mesiánico, audaz ejecutor de un plan que lo excede, con el pueblo que en silencio lo eligió en noviembre, no la estamos viendo. Hay un mar de fondo del descrédito hacia la política, alimentado por las empresas de medios y sus voceros, que habla de la falta de respuestas a necesidades básicas y a un proyecto de futuro colectivo en crisis desde hace años.
Los golpes diarios del gobierno de Milei
El anuncio de la reconversión del Potenciar Trabajo, a la par del ajuste directo que implica haberlo desenganchado del Salario Mínimo, Vital y Móvil, es una muestra de la decisión de sumergir en la indigencia a amplios sectores ya vulnerados de la población.
En efecto, con un Estado mínimo, que apenas garantiza la seguridad a costa de los protocolos represivos, el esquema es retirarse de cualquier tipo de intervención para garantizar que las “fuerzas del cielo/mercado”, sean las que definan las relaciones entre partes.
La idea es gestionar con un Estado mínimo, que apenas garantiza la seguridad a costa de los Protocolos represivos, además de los negocios para las grandes corporaciones.
El carácter del Gobierno.
El inhumano recorte a los comedores populares, que llevan casi tres meses sin asistencia, de un Presupuesto extendido con fondos que estaban previstos, es citado como ejemplo para explicar el histórico superávit en las cuentas. La ecuación es simple: lo que falta a las necesidades de la población, le sobra a los acreedores de la deuda eterna, que nunca pierden.
Pero no son la casta.
La actividad industrial, al igual que la construcción, comienzan a mostrar signos muy preocupantes de parate. Acindar, la mayor siderúrgica del mundo, paró esta semana su producción en Villa Constitución (Santa Fe), ante la caída de los pedidos. Mirgor, en su planta de Río Grande (Tierra del Fuego), anunció decenas de despidos.
Son apenas un par de ejemplos, en el marco de un descenso del 30% de la actividad industrial Pyme en enero, como graficó esta semana un estudio de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
La cuerda que lo sostiene
A la par del descontento popular, los actos de micro-resistencia como el Molinetazo, que evidencian la dificultad creciente que tendrá el Gobierno para llevar adelante su destructivo plan de ajuste, se conocieron los primeros indicios de lo que puede constituir el comienzo de un proceso de juicio político a Javier Milei.
Los causales para esa acción que, eventualmente, pueden desembocar en una destitución del cargo, están previstos en la Ley Orgánica de Juicio Político de la Cámara de Diputados, donde debiera efectuarse la acusación correspondiente.
Es interesante ver cómo, de las siete razones previstas por la ley, comienzan a tener cuerpo y sustancia varias de ellas, que están enumeradas en el Artículo 3º, que describe el mal desempeño de las funciones de quienes están comprendidos en el artículo 53 de la Constitución Nacional, como el Presidente y su vice, los ministros del Gabinete y los integrantes de la Corte Suprema de Justicia.
La Ley indica que el juicio político se puede abrir cuando se dé alguna de las siguientes circunstancias:
1. No reunir las condiciones exigidas por la Constitución y las leyes para el desempeño del cargo.
2. Inhabilidad física o mental, determinada por una junta de cinco peritos de reconocida versación en la materia, designada por el Senado.
3. Incumplimiento manifiesto de los deberes correspondientes al cargo que desempeña.
4. Incompetencia, negligencia, parcialidad o arbitrariedad en el ejercicio de sus funciones, incurrida en forma manifiesta y reiterada en al menos tres ocasiones.
5. Encontrarse comprendido en alguna causal de incompatibilidad prevista en las leyes de la Nación.
6. Inmoralidad comprobada por hechos concretos, que ocasionen descrédito o desprestigio al cargo desempeñado o a las instituciones republicanas.
7. Haber incurrido en acciones incompatibles con los principios republicanos de la Constitución.
Una reflexión y el recuerdo perruno de Milei
El 1°de marzo de 2015 Cristina Fernández de Kirchner dio su último discurso como presidenta ante la Asamblea Legislativa.
Un amigo economista me dijo, mientras estábamos afuera siguiendo el discurso entre la multitud, que ese contexto era lo más a la izquierda que podía llegar a estar la sociedad argentina. No sabemos si efectivamente eso es totalmente cierto, porque las utopías se pierden acaso en el último suspiro de la vida.
Perdón por el singular de la primera persona.
Pero hay algo seguro, va a ser difícil superar la marca de ultraderecha de múltiples dimensiones que recorre estos tiempos. No perdamos el miedo que debe alertar, ni siquiera en la última estación de este recorrido. Aunque el Presidente de turno apele al recuerdo de Conan para explicar que la condición de cordobés de su hijo de cuatro patas, fallecido en 2017 y con quien dice hablar a través de una médium, es uno de los factores para haber elegido a esa provincia como sede del Pacto de Mayo al que convoca para “refundar la Argentina”.
Si es que el Congreso le aprueba, antes del 25 de mayo que es la fecha de la invitación, la Ley Bases que quedó empantanada en las sesiones extraordinarias y el DNU 70/2023 que está vigente y sigue siendo base del saqueo cotidiano.
Pero eso será de acá a un par de meses y, como dijo el gobernador cordobés Martín Llaryora, “para mayo falta mucho”. El tiempo que el pueblo argentino sea capaz de tolerar el ajuste con la única medida que la dinámica política y social reconoce para ese intento, que es la resistencia.
.