El conflicto en Rusia – Ucrania, como sostuvimos desde un principio, es un escenario que involucra no solo a esas dos naciones sino a los actores geopolíticos más importantes del sistema internacional. La disputa, de esta manera, no puede escindirse de la transición sistémica que observamos en el orden global.
En ese marco, a pesar de que en el aspecto militar la situación parece estar resuelta, resulta entendible que los intereses ligados al atlantismo insistan con acciones que podrían fácilmente etiquetarse como “manotazos de ahogado“: nadie se retira sin resistir.
Zelenski reorganiza el Ejército ucraniano
El pasado jueves, tras varias semanas de especulaciones, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, confirmó la destitución del comandante en jefe del Ejército, Valeri Zaluzhni, dando inicio a una profunda reorganización de la cúpula militar de las fuerzas armadas ucranianas. Del mismo modo, según indicó el mandatario, el ex comandante de las fuerzas terrestres, Oleksandr Sirski, será la persona encargada de liderar al ejército ucraniano en un contexto donde la derrota militar contra Rusia parece un horizonte irreversible.
La destitución de Zaluzhni, sin embargo, no es ninguna sorpresa. Los rumores comenzaron en noviembre del año pasado cuando, en una entrevista, el ex comandante en jefe del Ejército afirmó que la situación en el terreno militar se encontraba en un «punto muerto». Con el evidente fracaso de la famosa contraofensiva consumado, las grietas en el mando militar ucraniano, producidas por las estrategias diseñadas desde Kiev, empezaron a hacerse públicas. La ruptura llegó hasta tal punto que hasta un golpe de Estado contra Zelenski comenzó a circular como un escenario posible.
Lo cierto es que, más allá de las distintas hipótesis sobre la destitución, Zaluzhni goza de una gran popularidad en Ucrania, no solo entre el mismo ejército sino que, a su vez, en la población general. Según una encuesta del Instituto Internacional de Sociología de Kiev publicada en diciembre del 2023, un 88% de los ucranianos «confía» en Zaluzhni, superando por más de 25 puntos al mismo presidente ucraniano. En este sentido, según diversos analistas, en las próximas semanas podremos asistir a una profundización de las divisiones hacia el interior de Ucrania como consecuencia de la decisión tomada por Zelenski.
El atlantismo contra Rusia
El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, sostuvo este sábado en una entrevista con el cadena alemana Welt que, si bien la alianza militar no busca una guerra con Rusia, «tenemos que prepararnos para una confrontación que podría durar décadas». En la misma línea, el dirigente atlantista señaló que en caso de que el presidente del gigante euroasiático, Vladimir Putin, consiga una victoria en Ucrania «no existe garantía de que la agresión rusa no se extienda a otros países».
En sintonía con los discursos belicistas de diversos funcionarios de distintos países de Europa que se encuentran alineados a los intereses atlantistas, Soltenberg remarcó que «dado que Rusia está dirigiendo toda su economía hacia la guerra, también tenemos que hacer más por nuestra seguridad». Del mismo modo, el ex primer ministro de Noruega afirmó que «la mejor defensa ahora es respaldar a Ucrania e invertir en las capacidades militares de la OTAN» e instó a acelerar la expansión de la industria armamentística.
«Necesitamos ampliar más rápidamente nuestra base industrial para poder aumentar los suministros a Ucrania», sostuvo el secretario general de la OTAN que, al mismo tiempo, explicó que «esto significa pasar de una producción lenta en tiempos de paz a una producción rápida, como es necesario en tiempos de conflicto».
Según reveló el diario norteamericano Financial Times, utilizando como fuente a diversos funcionarios occidentales, las tropas ucranianas han tenido que apelar al racionamiento de municion de artilleria debido tanto a la interrupción del suministro de Estados Unidos como así también la incapacidad de Europa de cumplir con los objetivos para aumentar la producción armamentista.
Biden versus el Congreso de EEUU
En Estados Unidos, mientras aún resuenan las repercusiones de la entrevista del trumpista Tucker Carlson con Vladimir Putin en el Kremlin, la administración de Joe Biden busca desesperadamente desbloquear la asistencia militar a Ucrania. Este viernes, en la previa a una reunión bilateral con Olaf Scholz, el presidente norteamericano sostuvo que si el Congreso de Estados Unidos no aprueba la asistencia a Kiev «estaría cerca de ser una negligencia criminal».
Como detallamos en Nota al Pie, a pesar de que el gobierno solicitó la aprobación del paquete hace meses, la asistencia militar para Ucrania encontró una férrea oposición del Partido Republicano, sector que condicionó su voto a favor a cambio de modificaciones en la política migratoria de la administración demócrata. No obstante, durante esta semana, tanto Kiev como Washington tuvieron la primera buena noticia en meses.
El jueves, tras un nuevo fracaso en una votación el día anterior, el Senado de los Estados Unidos avanzó en la aprobación de una moción de procedimiento para discutir el envío de un paquete de asistencia militar valorado en más de 95 mil millones de dólares para Ucrania, Taiwán e Israel. La incógnita, luego de haber aprobado la moción, pasa por si la normativa propuesta por el Partido Demócrata tendrá el visto bueno de los republicanos en la votación final.