General Madariaga, ubicada a la altura del kilómetro 385 de la ruta provincial 11,
dónde fue encontrado su cuerpo. Crédito: Télam
El 25 de enero de 1997, el fotógrafo y reportero gráfico José Luis Cabezas fue asesinado en la localidad bonaerense de Pinamar por una banda llamada “Los Horneros”, en lo que fue uno de los hechos más lamentables para la libertad de prensa en Argentina. La banda estaba relacionada con el empresario postal Alfredo Yabrán, quien habría hecho el encargo a través de su jefe de seguridad Gregorio Ríos.
Cabezas era reportero gráfico y trabajaba para la Revista Noticias desde el año 1989. Le había sacado fotos a todo tipo de personas, tanto de la farándula como de la política argentina: de Mirtha Legrand, Diego Maradona, Ernesto Sábato a Pedro Klodczyk (jefe de la bonaerense), el represor Carlos Suárez Mason (a quien se encontró en Plaza San Martín en Capital Federal) y el empresario Alfredo Yabrán (que luego le costaría la vida).
“Era un tipo muy divertido, muy jodón, pero con mucho carácter”, destacó Gabriel Michi, periodista de Noticias y amigo de José Luis en esta entrevista que dio a Nota al Pie. En cuanto a su labor como reportero gráfico dijo: “Era muy detallista, te sintetizaba en todo lo maravilloso de la fotografía artística, por un lado. Por el otro, captaba la inmediatez que se necesita para ser reportero gráfico, el estar en la calle y captar un momento único e irrepetible, como por ejemplo la foto de Yabrán”.
A partir de la Ley 24.876 que se promulgó el 13 de octubre de 1997, todos los 25 de enero se recuerda a José Luis Cabezas y se conmemora el Día del Reportero Gráfico.
¿Cuál fue el contexto del asesinato?
Desde 1991, Noticias investigaba al empresario Alfredo Yabrán, a quien en 1995, el entonces ministro de economía, Domingo Cavallo denunció como “una suerte de líder mafioso, con protección política y judicial”. Pese a que su nombre se hizo más conocido a partir de ese momento, pocas personas conocían su cara. Dicen que alardeaba que “ni los servicios de inteligencia tenían fotos suyas” y que creía que sacarle una foto sería como pegarle un tiro en la frente.
El 16 de febrero de 1996, una fuente le informó a Gabriel Michi y José Luis Cabezas que Yabrán iba a estar en el Balneario Marbella en Pinamar. Al día siguiente, alquilaron una carpa y, mientras Cristina Robledo, pareja de José Luis, posaba con unas amigas, él sacó la ya conocida foto de Yabrán con su esposa en la playa que fue publicada en Noticias en marzo de ese año. La investigación posterior señaló que el empresario no habría tomado bien la publicación.
A partir de allí, tanto Cabezas como su esposa empezaron a recibir amenazas telefónicas e incluso una persona cercana al entonces intendente de Pinamar, Blas Altieri le confesó que hubo “gente de Yabrán” que preguntó dónde se alojaba el fotógrafo durante la temporada veraniega.
El principal objetivo que tenían ese verano, de acuerdo a Gabriel Michi, era entrevistar a Alfredo Yabrán. El 24 de enero, Cabezas y él acudieron, en un Ford Fiesta blanco a una fiesta de Oscar Andreani, de quien eran amigos. El periodista se retiró a las 4, mientras que José Luis se quedó una hora más y se fue en su vehículo con el que habían llegado.
En la mañana siguiente, el Ford Fiesta apareció en General Madariaga con su cuerpo en el interior, con las dos manos esposadas y dos tiros en la cabeza. Mientras se dirigía a su alojamiento, el reportero gráfico había sido interceptado por una banda liderada por Gustavo Prellezo, policía de la bonaerense a quien un mes antes, en una reunión, Yabrán le habría pedido «pasar un verano tranquilo sin fotógrafos ni periodistas».
Repercusiones y consecuencias del asesinato
La muerte se dio en medio de una disputa por el liderazgo del Partido Justicialista entre el presidente de la Nación, Carlos Menem y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde. Además, ambos buscaban ser candidatos presidenciales en 1999.
Al conocerse la noticia del homicidio, Duhalde consideró que le habían “tirado un muerto”. La investigación terminó marcando más esta disputa y encontró vínculos entre el gobierno y empresarios por los que tuvo que renunciar el ministro de Justicia, Elías Hasan, que había tenido más de cien contactos telefónicos con Yabrán.
Por el crimen fueron condenados los integrantes de la banda “Los Horneros”, Horacio Braga, José Auge, Sergio González y Héctor Retana, además Gregorio Ríos, jefe de Seguridad de Alfredo Yabrán, y los policías Sergio Camaratta, Aníbal Luna y Gustavo Prellezo. En 1999, luego de que el juez federal de Dolores, José Luis Macchi le dictara la prisión preventiva, Yabrán se suicidó. A excepción de Retana y Camaratta que fallecieron, el resto de los culpables se encuentra en libertad, al aprovechar el dos por uno, reducciones de pena o la prisión domiciliaria.