Este jueves 21 de diciembre, saldrá a la venta “#Basta de amores de mierda IV” del escritor y speaker argentino Gonzalo “el Pela” Romero. La obra de autoayuda, sobre relaciones amorosas complicadas y dañinas, vendió más de 300.000 ejemplares y ahora llega su sexto volumen. El mismo podrá adquirirse mediante Mercado Pago y la página oficial del autor.
Con “#Basta de Amores de Mierda IV”, Romero ofrece más que un libro. Ya que entre sus páginas, les lectores encontrarán un oído que escucha, un abrazo a la distancia que reconforta, y palabras para cortar de raíz con relaciones que lastiman y marcan para siempre.
En su canal de YouTube, el escritor lee fragmentos de sus anteriores libros. Además, todas las semanas sube un video inspirador donde emplea un lenguaje sencillo que llama la atención por su cuota de humor.
Conociendo al influencer del amor
En su sitio web, Romero se define como: “Padre, autor, escritor y licenciado en cosas. Aliado fiel de los callados, de los sin voz, simplemente por el deseo de que puedan hacerse escuchar a través de sus palabras”. A ello añade: “Esas palabras que a mí me sirvieron para expresar todo aquello que sentía sin decir y que a modo de sanación personal comencé a volcar irrefrenablemente en textos escritos en cualquier parte”.
Nota al Pie dialogó con Gonzalo Romero, quien se siente como el “Mick Jagger de la literatura”. Sus textos y charlas parten de mensajes claros y directos como “Al final no te faltaba tiempo”, “No te ama, soltá”, entre otros.
La creación de tu libro comenzó al compartir tus emociones en Facebook, ¿cómo fue eso?
Honestamente, nunca elegí escribir un libro. Lo que sí hice fue expresarme en Facebook sobre cómo es ser padre soltero con la tenencia de mis dos hijos. En ese momento no podía pagar un terapeuta y decidí hacer catarsis en las redes sociales. Después, a pedido de la gente, se convirtió todo esto en un libro.
Hablar del amor siempre implica experiencias de todo tipo. Tu libro lleva el título “#Basta de Amores de Mierda”, ¿te fue mal en el amor?
No es que me fue mal, definitivamente estuve mal conmigo y salí a buscar parejas desde la carencia por la falsa creencia de que el otro nos complementa. También por esa culpa que uno siente cuando es padre soltero por darle la familia completa a los hijos, para tratar de llenar el vacío que dejó la madre cuando se fue y los abandonó. Intenté ir tras un amor idealizado y, como dice una canción, en ese momento hubiera llamado amor mío a cualquier persona que no me haga daño.
Intento lograr que no pasen por lo mismo que tuve que vivir. Trato de evitar con ese instinto paterno, que las personas no sufran lo mismo que uno tuvo que pasar. Lo hago a modo especial, ni siquiera de consejo. Si uno pasó por una experiencia y pudo salir, está bueno alentar a los demás a que no caigan en eso y superarla más rápido. Es una linda batalla.
Los hombres también siguen tu trabajo…
¿Por qué no deberían seguirme? La realidad es que siempre se asoció la sensibilidad a la mujer y no es cierto, calculo que eso no sucede con los hombres por una cuestión de no quedar vulnerables o por un mandato. Es esa presión estúpidamente social de que el hombre no llora, o que a veces tiene vergüenza de decir que lee a un escritor que lo sensibiliza.
La realidad es que no me avergüenza en absoluto ser sensible, mis padres me criaron así y no estoy de acuerdo con esta cultura de hace unos años atrás. Gracias a Dios, cada vez me siguen muchos más hombres y se va perdiendo esa construcción mental de decir que el hombre llora solo, porque hacerlo es muy injusto.
Lo que llega de tu estilo es que usas un lenguaje simple y con dosis de ironía sana…
Me expreso crudamente. No tengo la formación académica para hablar como un terapeuta o un psicólogo. Entonces hablo como me sale y la verdad es que me sale de esta forma. Trato de hablar como la vida fue conmigo, poniendo un poco de humor a temas que duelen para que la gente venga a pasarla bien y no a deprimirse. Es una tarea complicada hacer reír y olvidarse de sus propios problemas.
En una entrevista mencionaste que heredaste de tu madre el don de la escucha
Sin duda mi mamá lo hizo. La realidad es que para imponerme, y hacerme respetar, tuve que aprender a hablar. Casi siempre ante una discusión, la primera actitud combativa era mía; entonces mi madre me mostró que a veces una escucha activa nos hace comprender mucho mejor la situación. Además da mucho más tiempo para preparar una estrategia que hablando delante del otro y también el otro se siente poco respetado si uno no lo escucha.
La empatía tiene que ver con la escucha y hoy en día la tengo muy desarrollada. Por otro lado, en los escenarios es más fácil responder al público y darles lo que quizás vienen a buscar.
En Córdoba, las mujeres se mostraron efusivas y, al estilo de las nenas de Sandro, te lanzaron ropa interior. ¿Qué sentís en esas situaciones?
Sí, sucedieron cosas muy locas. Esa es la provincia más efusiva de todas, donde me tiran corpiños y bombachas. La verdad es que en el momento me quedo perplejo, mudo. Es raro que la gente me deje sin palabras, pero honestamente cada vez que voy no sé qué esperar. De hecho, por algo me enamoré de una cordobesa.