Del jueves 5 al viernes 6 de octubre se desarrollará en Buenos Aires, Argentina, la 5ta Cumbre Mundial de Salud Mental (GMHS por sus siglas en inglés). Esto se da con el objetivo de dar continuidad a las Cumbres celebradas en Roma (2022), París (2021), Ámsterdam (2019) y Londres (2018). La intención de ser sede de esta edición fue comunicada por la ministra de Salud, Dra. Carla Vizzotti, durante el encuentro del año pasado, como muestra del compromiso global en esta área.
El evento tendrá lugar en el Centro Cultural Kirchner (CCK), en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y será la primera vez que se realiza en Latinoamérica. La modalidad será presencial durante dos días. Contará con una conferencia inaugural de alto nivel sobre Salud mental en todas las políticas. Además, habrá dos sesiones plenarias globales, una sesión plenaria regional y nueve talleres temáticos.
A su vez, durante las jornadas se profundizará en la necesidad de incorporar la salud mental comunitaria en todas las políticas. Otro de los objetivos es incluir los servicios de salud mental y apoyo psicosocial en los mandatos y los presupuestos nacionales. A ello se suma la meta de desarrollar acciones que se enfoquen en el rol clave de los determinantes sociales de la salud mental.
Por último, con el evento se pretende fortalecer medidas que promuevan el acceso al sistema de salud en el marco del proceso de transformación del antiguo modelo manicomial hacia uno de base comunitaria.
La salud mental como un Objetivo de Desarrollo Sostenible
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) son un conjunto de metas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y perspectivas de las personas en todo el mundo.
Dentro del Objetivo 3, Salud y Bienestar, se enfatiza en la promoción de la salud mental y el bienestar psicosocial, como parte integral de los planes de reducción de las desigualdades sanitarias. En este sentido, la GMHS 2023 propone concebir a la salud mental como un componente transversal de todas las políticas públicas.
Durante el encuentro se buscará intervenir en los determinantes sociales que atraviesan a personas y comunidades. Cabe mencionar que las políticas de salud mental tienen el potencial de fortalecer los procesos de recuperación en el marco de situaciones críticas. Por ello, todo lo vivido en el contexto del COVID-19 debe servir para reforzar y relanzar los procesos de transformación y mejora de los sistemas de atención sanitaria. En este punto cobra importancia visibilizar la necesidad de integrar a la salud mental de forma estructural en las políticas públicas de cada país.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo el 2% de los presupuestos sanitarios a nivel mundial son utilizados en salud mental. Por lo tanto, es fundamental aumentarlo. Además, se debe adoptar una perspectiva intersectorial que incluya de forma integral la construcción de demandas y soluciones de manera colectiva. Esto considerando las singularidades que los procesos de salud poseen según los cursos de vida de las personas.
Durante la pandemia, la salud mental fue reconocida como un área de la salud indispensable de ser abordada. Por eso, Argentina lanzó en 2022 la Estrategia Federal para el Abordaje Integral de la Salud Mental y los Consumos Problemáticos. La misma se realizó con perspectiva de derechos humanos, género y diversidad, a fin de implementar y articular políticas públicas destinadas al cuidado y atención.
La Salud Mental como política pública
El lema “La salud mental en todas las políticas” implica el diálogo entre las diferentes áreas del Estado y la sociedad civil. El objetivo es consensuar y diseñar políticas públicas que den respuestas a las múltiples y complejas necesidades de la población en materia de salud mental. Se debe entender que la salud mental es un tema de todes y que debe ser abordada desde el paradigma de la salud mental comunitaria.