El domingo, en la ciudad filipina de Pasay, Alemania le ganó a Serbia por 83 a 77 en la final del Mundial de básquet 2023. Se trata de la primera vez que el seleccionado germano se queda con este trofeo. Dennis Schröder fue el máximo anotador del partido y fue premiado luego como el mejor jugador del campeonato. En el primer turno, Canadá se quedó con el bronce al vencer a Estados Unidos en tiempo extra.
Una primera mitad reñida
Los teutones llegaron al partido decisivo con andar invicto, en tanto que los serbios contaban con una sola derrota previa. El encuentro comenzó parejo, con una leve superioridad de los dirigidos por Svetislav Pesic, quienes tomaron ventajas de 7-4 tras los dos primeros minutos de juego. Pero instantes más tarde, luego de dos tiros libres convertidos por Franz Wagner, los alemanes pasaron al frente por primera vez en la noche (10-9).
Ese primer cuarto contó con una marcada intensidad de ambos conjuntos, aunque Serbia estuvo más efectivo en los lanzamientos de triples con un 57%, y cerró el periodo inicial 26-23 arriba en el tanteador.
El conjunto de camiseta azul sacó la diferencia máxima, hasta ese momento, de cinco puntos de ventaja (28-23) al empezar el segundo cuarto. No obstante fue a partir de allí que los de blanco construyeron un positivo pasaje. Durante el mismo, consiguieron un parcial de 7-0 para dar vuelta las acciones por 30-28. Ello se dio por mérito propio y también porque el adversario cayó en infracciones innecesarias.
La situación de paridad continuó y los equipos se fueron empatados al descanso por 47-47. Pero Alemania sumó más confianza ya que mejoró su efectividad en los tiros de campo.
Dominio alemán en el tercer cuarto y fortaleza mental en el cierre
Pasado el entretiempo, los entrenados por el canadiense Gordon Herbert mostraron su mejor nivel. La clave de ello fue el férreo trabajo defensivo. Eso provocó dudas en el ataque adversario y otorgó sólidez al rendimiento germano. Con escasa puntería en tiros libres, Serbia sufrió —además— la destacada sintonía colectiva de los teutones. Los comandados en cancha por Schröder se impusieron en ese parcial por un claro 22-10 y sacaron la máxima diferencia del partido: 69-57.
En el cuarto final, los de la península balcánica tuvieron una reacción y lucharon por el título. El gran responsable de esa respuesta fue Aleksa Avramovic, quien se convirtió en una pieza difícil de marcar para la defensa alemana. Así, los capitaneados por Bogdan Bogdanovic se pusieron a sólo dos puntos de distancia a falta de un minuto para el final.
En el 79-77, con menos de 40 segundos de juego, Alemania planteó una posesión larga que culminó con una gran corrida al aro de Schröder para el 81-77. A pesar de que los serbios intentaron la remontada, carecieron de claridad en las jugadas determinantes. De este modo, los alemanes lo cerraron por 83-77 y levantaron el Trofeo Naismith por primera vez.
Los jugadores premiados y el histórico podio de Canadá
Finalizado el partido decisivo, Franz Wagner fue elegido como el mejor del partido. Esa distinción fue entregada por el argentino Luis Scola, uno de los embajadores del Mundial. Luego Dennis Schröder recibió el premio al jugador más valioso del certamen.
El base integró además el equipo ideal. El mismo quedó compuesto también por el canadiense Shai Gilgeous-Alexander, el estadounidense Anthony Edwards, el serbio Bogdanovic y el esloveno Luka Doncic.
Por otro lado, en la previa del match por el título, Canadá consiguió un resonante triunfo ante Estados Unidos y, de esta forma, se quedó con el tercer puesto. Fue 127-118 en la prórroga. Por su parte, el sábado, Letonia obtuvo un inolvidable quinto lugar al vencer a Lituania 98-63. Esta histórica actuación llevó a que su entrenador, el italiano Luca Banchi, sea reconocido luego como el más destacado de la competencia.